La investigadora ciudarrealeña Florentina Villanueva ya ha diseñado la metodología para medir las veintena sustancias químicas (hay unas 60 reunidas en familias) más presentes en colegios y guarderías, con el objetivo de poder calcular el riesgo toxicológico al que se ven expuestos los niños durante sus estancias diarias en estos espacios.
Se trata de una guía práctica “muy importante” por su carácter pionero que le fue encargada a Villanueva en el marco del proyecto internacional que la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó hace un año para medir la calidad del aire interior y determinar sus consecuencias en las personas.
Es la única científica española participante y ha contado con la colaboración de investigadores de otros países en dicho desarrollo metodológico, a la hora de recopilar los métodos de muestreo y análisis.
“Hasta ahora no sabíamos nada de la exposición al ‘cóctel’ de químicos que se concentran en las estancias donde pasamos muchas horas, como nuestra casa, el lugar de trabajo y en el caso de los niños, los centros escolares”. De ahí que la joven investigadora del Parque Científico y Tecnológico de Castilla La Mancha, adscrita a la Universidad de Castilla-La Mancha (trabaja en la Facultad de Medicina de Ciudad Real) , asumiera el reto de proponer y recomendar las técnicas más adecuadas para contabilizar el conjunto de contaminantes exteriores e interiores. Es decir, dentro se suman los humos o partículas de CO2 de la calle y los que se originan allí, procedentes de materiales de construcción, mobiliario, productos de limpieza, ambientadores o textiles.
En concreto, ya tiene lista la guía analítica, que la OMS publicará antes de finalizar el año, y que permitirá cuantificar los niveles de las sustancias de más concentración en los espacios interiores infantiles, frente a otra treintena “con menor información toxicológica” que han excluido. Se trata del desarrollo de un protocolo «muy importante» para calcular el riesgo acumulativo de la exposición combinada a distintos químicos en colegios y guarderías, que Villanueva compartió en septiembre en una reunión de expertos en Bonn (Alemania).
En aras de su divulgación, Villanueva presentará la herramienta la próxima semana en Tallín (Estonia), para ver su viabilidad con los profesionales de salud pública nacionales , y como antesala de la puesta de largo de todo el proyecto en la Unión Europea. Así, los estados miembros podrán implantar la guía dentro de los programas nacionales destinados a monitorizar la calidad del aire en los colegios.
A través de un software
El desarrollo informático de la metodología será un software, programado para calcular el riesgo en las personas la exposición al conjunto de sustancias químicas, del que “actualmente apenas existe información” en el ámbito sanitario.
De hecho, entidades como el Colegio de Médicos de Ciudad Real ya ha mostrado su interés por estas investigaciones y su desarrollo cientítico, además de otras entidades que trabajan con pacientes.
En las áreas pediátricas
En la misma línea, la investigadora del Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica de la UCLM está trabajando en un protocolo para el muestreo de contaminantes en las áreas pediátricas de los hospitales.
Es un campo “con apenas bibliografía” que Villanueva abordará para “poder determinar la exposición de los bebés prematuros a los distintos químicos”.
En este caso está colaborando con Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de Granada, una de las voces más reputadas sobre los perjuicios que pueden tener en la salud algunas de las sustancias que componen los plásticos.
Proyecto europeo
Además, Villanueva ha empezado a colaborar en otro proyecto europeo sobre aire interior, denominado Indairpollnet, en el que participan 177 investigadores de 35 países.
El objetivo, según explica, es mejorar el conocimiento sobre la contaminación en los espacios de edificios y entender “por qué se dan concentraciones tan altas de algunos contaminantes”.
Está previsto que los primeros avances de la red de expertos se publiquen el próximo mes de marzo en la universidad francesa de Lille.