N. Velasco
Manzanares
El casco histórico de Manzanares, y en especial la conocida como ‘plaza de las palomas’ y el paseo del río, fueron un auténtico hervidero de gente durante todo el fin de semana con motivo de la celebración de las Jornadas Histórico-Turísticas ‘Manzanares medieval’. Desde la noche del viernes fueron cientos de vecinos los que acudieron a la Plaza de la Constitución a gozar del buen ambiente entre cañas y montados hechos a las brasas en las tabernas dispuestas en cada rincón, y en la noche del sábado probablemente la acumulación de personas a lo largo de todo el centro llegó hasta miles.
Las exhibiciones de los combates a espada, las representaciones teatrales, las exhibiciones de cetrería, los puestos artesanos, las danzas medievales o los sensacionales espectáculos realizados por titiriteros y trovadores en el mercadillo con hasta fuegos artificiales, brindaron una oportunidad perfecta para vivir la esencia del Medievo en tierras manchegas. Decenas personas venidas de la comarca y de toda la provincia disfrutaron del tremendo despliegue de arte, interpretación, artesanía, gastronomía y música, mientras que el número de vecinos vestidos con la indumentaria propia de la época aumentaba por momentos.
Visitantes aprovechaban para participar en las rutas turísticas medievales ofrecidas por la Oficina de Turismo, mientras que los niños participaban en los talleres infantiles, los aficionados al arte veían la exposición de las obras del certamen de pintura rápida en la Lonja de San Francisco o los curiosos de las tradiciones milenarias observaban el hacer del alfarero en el mercadillo calatravo de la Asociación Cultural Artesanal Medieval ‘El Quijote’ junto a especialistas de la forja, la costura o la bisutería. Entre pendones y banderolas dispuestas en calles, plazas, en el Ayuntamiento y en el Paseo Príncipe de Asturias, cada lugar del centro era una evocación al pasado, a los orígenes de la Encomienda de Manzanares allá por el siglo XIII.