La portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela, Gema García, ha interpuesto una denuncia por amenazas y chantaje a cargo público ante la Guardia Civil.
Según relata la edil socialista, todo empezó el pasado jueves, 12 de enero, con una llamada que la alertaba de la existencia de una carta a su nombre en la puerta de la biblioteca municipal que al leerla le causa estupefacción, pues va cargada de insultos, chantaje y amenazas, además de incitar, a la afectada, a que renuncie a su cargo público, todo ello tras la intención del PSOE de presentar una moción de censura contra el actual equipo de Gobierno del Partido Popular que comanda Mariano Chicharro.
Se da la circunstancia de que la carta está escrita a máquina, “del tipo de las dos que hay en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela”, ha explicado la concejal socialista, que no quiere acusar a nadie hasta que la Guardia Civil, que ya está sobre la pista, concluya la investigación.
Ante estos hechos “execrables”, la secretaria de Organización del PSOE en la provincia de Ciudad Real, Blanca Fernández, ha condenado este tipo de actos delictivos que conllevan penas de tres a seis años de cárcel.
En este sentido, y en nombre de la Ejecutiva provincial, Fernández ha mostrado su total apoyo a la afectada y ha puesto a su disposición el gabinete jurídico del Partido Socialista “con la intención de que este comportamiento no quede impune, y que más pronto que tarde se dé con la persona o personas responsables”, una tarea en la que –advierte Fernández- “no se parará hasta dar con ellos, porque estamos hablando de delitos muy graves”.
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Además, y como no podía ser de otro modo, la secretaria de Organización ha defendido el legítimo derecho de Gema García a dedicarse a la actividad política, algo que ha hecho hasta la fecha desde la oposición para trabajar por su pueblo tras el respaldo y la confianza que sobre ella depositaron los vecinos y vecinas de Santa Cruz de Mudela.
Por último, cabe lamentar que no es la primera vez que Gema García y otro miembro firmante de la moción de censura reciben amenazas, en el segundo de los casos con la intención de provocar el despido de su puesto de trabajo, hasta el extremo de que hasta la propia empresa recibió intimidaciones por hacer caso omiso a las coacciones.
