Lanza
Alcázar de San Juan
Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha informado de que la estimación de esta campaña 2015-2016 en la región está entre las 60.000 y las 80.000 toneladas de aceite, un 17 por ciento superior a la campaña pasada e inferior en un 40 por ciento a la media de las últimas seis campañas. Además, según asegura la organización, esta cifra supone un 5 por ciento de la producción nacional estimada, que asciende a 1.240.000 toneladas.
Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha arrojado estos datos tras asistir este jueves al Consejo Sectorial de Aceite de Oliva y Aceituna de la Mesa de Cooperativas Agro-alimentarias de España, según informó en nota de prensa.
Sin embargo, el portavoz de aceite de oliva de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, Gregorio Gómez, afirma que «los agricultores de la región tienen la gran incertidumbre de la lluvia, ya que si llueve en las próximas fechas tendremos una buena cosecha, y si no llueve puede que tengamos menos de las 60.000 toneladas previstas».
Asimismo, matiza que «a nivel nacional la campaña no es grande; es correcta pero no es grande, además probablemente no haya mucha variación en los precios ya que el enlace de campaña va a ser el más pequeño en los últimos años».
Campaña adelantada
Según la organización, la previsión es que la campaña se adelante, fundamentalmente por razones de tipo comercial, ya que como comentó el portavoz de Cooperativas, «hay muy pocas existencias de aceite, lo que no garantiza el enlace con la campaña actual».
Además, «en los olivares de secano que no han tenido incidencias climatológicas y que presentan un cuaje de frutos aceptable, en uno casos la aceituna está arrugada, y en otros los árboles empiezan a tirar fruto, debido a la falta de agua y reservas». «Este fenómeno puede agravarse aún más si en próximas fechas no llueve», indicó.
Respecto al estado sanitario de los olivares, apuntó, «éste es bueno y en algunas comarcas ya han empezado a producirse tratamientos contra la mosca del olivo, práctica aconsejada cuando el nivel de capturas de insectos supera un cierto umbral, que determina la conveniencia de estas aplicaciones para evitar el deterioro y la pérdida de frutos».
