Hace más de cuatro años, el periodista almagreño Francisco José Martínez Carrión alertaba del cierre al culto de la iglesia del convento de la Encarnación de las monjas dominicas debido a la humedad que se había filtrado en los muros del altar mayor y zonas próximas, además de los daños en las pinturas de la capilla de los Orduña, del siglo XVI. Tres años mediante y una importante intervención de Patrimonio de la Junta de Comunidades que actuaron para combatir humedades y restaurar las pinturas, la iglesia se reinauguró a finales de mayo de 2019 con una función religiosa presidida por el obispo, Gerardo Melgar.
Sin embargo ahora, poco más de año y medio después, la situación es muy distinta ya que la salida de las tres únicas monjas que quedan en las instalaciones del convento, por razones de edad y de falta de vocaciones, es definitiva y pone la pelota en el tejado del Ayuntamiento de Almagro para trabajar en la búsqueda de la mejor salida para este edificio conventual del siglo de XVI cuya propiedad es de la Orden de los Dominicos, está situado en el centro de Almagro y que alberga un importante patrimonio.
Visita de cortesía
Martínez Carrión, uno de los mayores conocedores y defensores del patrimonio almagreño, adelantaba este domingo en sus redes sociales que el Ayuntamiento ya conocía la decisión de partida de las monjas y que tenían previsto realizar una visita de cortesía al convento, extremo éste que confirmó ayer este digital. Serán el alcalde, Daniel Reina y el concejal de Cultura, Dionisio Muñoz, quienes este miércoles se reunirán con las religiosas para, con posterioridad, abordar con sus propietarios el futuro del edificio y el del patrimonio que acoge, con el objetivo de que se mantenga en Almagro, reconociendo la propiedad de las dominicas.
En cuanto a que este gran espacio pueda ser sede del futuro Museo de Almagro cuya creación -recuerda Martínez Carrión-, fue una de las propuestas electorales del PSOE en su última campaña electoral, el concejal de Cultura almagreño señala que “ojalá pudiera ser”, mientras refiere -en conversación con este digital- un proceso complejo que, de materializarse, supondría de antemano la reconversión del edificio al ser unas instalaciones religiosas.
El próximo 11 de octubre está prevista la partida de las monjas con dirección al convento de La Solana. Con su salida se pondrá fin a cerca de 450 años de presencia del monasterio en Almagro desde que se fundó en 1573 gracias a los benefactores Diego de Lucena y Juana Gutiérrez, quienes donaron toda su fortuna para construirlo.
Iglesia renacentista
Según la documentación aportada por Martínez Carrión, el convento es un enorme caserón, en el que destaca la iglesia renacentista de una sola nave a cuyos pies se levanta un coro, separado de la iglesia por una verja. En su interior se conservan obras de arte de alto interés artístico, como la Capilla de los Orduña, con unas pinturas murales muy deterioradas que se atribuyen a los pintores Perola, almagreños de ascendencia italiana.
En las paredes de la iglesia cuelgan enormes cuadros al óleo sobre la vida del Rey David, obra de Zacarías González, o la Anunciación, de Vicente Carducho, ambas del siglo XVIII y restauradas hace unos años por la Diputación. La puerta de entrada a la iglesia está coronada por uno de los mejor conservados escudos heráldicos de la ciudad. Una filigrana tallada en piedra.
Alquiler de un local y caridad
Una vez cerrado el museo y el obrador donde las monjas fabricaban dulces de forma artesanal, los únicos ingresos que tenían eran el alquiler de un local comercial y la caridad pública. Los almagreños siempre han sido generosos con sus monjitas y nunca les ha faltado artículos de primera necesidad, escribe Martínez Carrión, quien destaca que en el coro se venera el cadáver incorrupto de una de sus monjas, sor María de San Vicente Maldonado y Suárez de Zayas, fallecida en 1796.
Es de temer que las obras salgan de la ciudad
Por último, este periodista almagreño recuerda que tal y como sucedió tras la marcha de los dominicos del convento de La Asunción, “Almagro corre el riesgo ahora de perder algunos de sus tesoros artísticos más importantes” y lamenta que como tanto la propiedad del inmueble como los objetos son de la orden y “con el antecedente del convento de La Asunción, es muy de temer que estas obras de arte que han sido admiradas y veneradas por los almagreños durante 450 años ahora se marchen de la ciudad”, concluye.
Monjas y frailes dominicos se van de Almagro
Por otro lado recordar que el 31 de octubre de 2015 también se fueron de Almagro las monjas dominicas del Santísimo Sacramento tras más de sesenta años dedicadas a la enseñanza. Durante casi todo el siglo XX ocuparon el palacio de Torremejía ya que la orden dominica recibió todas las propiedades del último marqués. Su marcha puso en peligro el mantenimiento y conservación de un edificio que, en junio de 2019, fue adquirido por el político y empresario mexicano, Mauricio Fernández, uno de los mayores coleccionistas de arte del mundo, que se está dedicando a restaurar este edificio del siglo XV.
De su lado, los dominicos se despidieron oficialmente de Almagro el 25 de junio de 2017 durante la celebración de la festividad del Corpus Christi. Tres meses antes, la Orden había anunciado la salida de los frailes del convento de la Asunción Calatrava -Claustro de los Dominicos- para finales de mayo o junio. El edificio era propiedad de la Diócesis de Ciudad Real, cedido a los Dominicos en el año 1903 para su uso mientras estuvieran en el mismo.