El peligro de incendios forestales este mes de septiembre de 2022 en Ciudad Real, sobre el papel época de riesgo alto, aunque el último de la época de extinción, sigue elevado por la falta de lluvias. “Hay menos horas de sol, pero las temperaturas siguen muy altas para la época en la que estamos y apenas ha llovido, ni tormentas hemos tenido este verano, y se nota en la vegetación», cuenta Nicolás López, director técnico del centro operativo de Castilla-La Mancha de incendios forestales.
«Aunque tenemos noches más frescas la vegetación está y seca y estresada, las condiciones son peores que otros años, tenemos que seguir extremando las precauciones», recomienda.
Desde que empezó septiembre el índice potencial de propagación de incendios, en especial esta última semana, se mantiene «alto» en toda la comunidad. Y las condiciones incluso han empeorado este fin de semana de repunte del calor, con máximas que este sábado rozaron los 35 grados en Ciudad Real.

Los restos del huracán Danielle, la esperanza de cambios
Con este panorama el dispositivo sigue activo al cien por cien, a expensas de lo que ocurra esta próxima semana en la que se espera que los restos del ciclón Danielle, convertido en borrasca profunda, deje lluvias en Ciudad Real. «A partir del 15 es posible que empecemos a retirar algún medio para labores de extinción, todo depende de la climatología».
El índice potencial de propagación de incendio, la ecuación de la que sale el peligro de incendios diario, se calcula en base a varios factores, las temperaturas, el viento (cuando entra una borrasca lo primero que se nota es el movimiento en el viento) y la sequía, en general lo que más condiciona estos días el peligro real de que salte un fuego y se propague rápidamente.
Negligencias y accidentes de tráfico
La mayoría de los incendios forestales que se declaran en Castilla-La Mancha son por negligencias de actividades en el campo o accidentes de tráfico (vehículos incendios) y este verano no está siendo una excepción. Intencionados con la idea de hacer daño son muy pocos, menos aún de personas desequilibradas, los pirómanos. Por rayos también se producen incendios, más probables en zonas de sierra de Albacete, Sierra del Segura y el Sistema Ibérico en Guadalajara y Cuenca. En Ciudad Real y Toledo se da menos la casuística de los rayos.
Tres meses al año en época de extinción
Ciudad Real y el resto de Castilla-La Mancha dedican tres meses al año a sus bomberos forestales, contratados todo el año, a la campaña de extinción veraniega, entre el 1 de junio y el 30 de septiembre. Son los meses de mayor peligro, muy malos este año, en los que los retenes, cada vez más profesionalizados se dedican a estar en sus bases pendientes de las decenas de fuegos que saltan cada mes, por las mañanas haciendo deporte, si no tienen que acudir a algún fuego o conato, algo que entre julio y agosto es muy raro que no pase al cabo del día. El resto del año trabajan en otros menesteres, sobre todo labores preventivas en el monte.
La época de extinción se alarga o reduce (en activación de medios) en función de la climatología, y con ella la dotación de medios aéreos y maquinaria pesada (servicios subcontratados con empresas por cinco años en el caso de los aviones). Estos días el dispositivo del plan Infocam, que así se llama en Castilla-La Mancha, sigue activo para la extinción al cien por cien.