La falta de agua marcará el desarrollo de la cosecha de la vendimia en Castilla-La Mancha y en Ciudad Real y hará variar las previsiones al alza de producción respecto a 2015. Operadores del sector estiman una recolección regional de entre 23 y 25 millones de hectolitros de vino, de los que cerca de la mitad saldrá de las bodegas y cooperativas de la provincia ciudarrealeña, con uva de alta calidad. Por la inmadurez del fruto, la recolección se retrasará 10 o 15 días y se generalizará en septiembre. Una de las principales novedades este año es la implantación del sistema de pago de la uva en función de la calidad, a través de la medición de unos parámetros que permitirán elaborar los vinos que demandan los mercados.
J. Y.
Ciudad Real
La campaña de vendimia 2016 vendrá con retraso y será desigual (en algunas zonas subirá y en otras bajará la producción) pero de “muy buena calidad”.
Portavoces de distintas organizaciones agrarias coincidieron en señalar que las condiciones climatológicas y la situación de estrés hídrico han hecho retrasar la maduración de los racimos, por lo que los efectos en secano serán de una rebaja del 10%, mientras que el viñedo con aportación de agua presenta una carga similar o ligeramente superior al año pasado.
Las primeras uvas recolectadas serán las de variedades tempranas destinadas a la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, como la chardonnay, sauvignon blanc, verdejo y moscatel. Estás y las variedades tintas producirán los primeros mostos de la campaña 2016 y, finalmente, se recolectará la uva de la variedad autóctona, como es la airén.
Florencio Rodríguez, secretario provincial de Asaja, coincidió con este análisis y advirtió de la “incertidumbre que hay en cuanto a producción”, tras la “variación sobre el terreno respecto a la previsión del principio”. En el cuajo de la uva, recordó, ha influido el exceso de calor que ha provocado “una reducción y una merma considerable del fruto, sobre todo en secano”, si bien “también hay falta de peso en racimos” en las que han recibido aportaciones hídricas.
La cosecha, con todo, “será de buena en calidad”, al margen de las viñas afectadas por la yesca que están requiriendo tratamientos y que suponen “un mayor coste añadido”.
El secretario regional de Coag, Ángel Gálvez, también subrayó el buen estado cualitativo de la materia prima y la merca productiva por el calor, que también ha provocado un retraso del inicio de la vendimia.
Análoga valoración hizo Ramón Sáez, secretario regional de Agricultura y Ganadería de Upa, quien reparó tanto en la sequía que “está haciendo estragos”, como en la lluvia y la piedra caída en la segunda semana de agosto. Este fenómeno conllevará “la declaración de siniestros” , que se suman a la tardía maduración de la uva por el exceso de temperaturas. Con todo, la organización estima en Castilla-La Mancha entre 24 y 25 millones de hectolitros.
Pérdidas en Valdepeñas
Más negativas son las previsiones en la zona de Valdepeñas, donde el pedrisco ha dañado unas 500 hectáreas de cultivos.
Gregorio López de Lerma, secretario de Asaja, recordó las “graves pérdidas” ocasionadas en olivares, viñas, cereales y barbechos, aunque la climatología de los últimos meses “ha sido también demoledora”.
“La media de pluviometría anual es de 350 litros por metro cuadrado, y este año ha sido de 250”, una sequía severa a la que se sumarán los efectos del pedrisco.
En la comarca manchega las estimaciones son más positivas. Gregorio Martín Zarco, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen La Mancha, puso el acento en la calidad de la uva y en su buen estado vegetativo, que hará que la cosecha “esté dentro de la media” en esta zona de producción.
Este portavoz recordó los buenos datos de 2015, con un crecimiento cercano al 24 % en vinos embotellados certificados, una cifra que desde la DO aspiran a consolidar en 2016.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, calcularon una producción para esta campaña de 25 millones de hectolitros de vino y mosto (más del 50% sobre los 46 millones de hectolitros previstos a nivel nacional), un volumen “medio-alto”.
En su balance, recordaron que las existencias están dentro de la media de las últimas 10 campañas (10,2 millones de hectolitros), con 10,6 millones de hectolitros de vino y mosto, un millón menos de vino y uno más de mosto.
El menor volumen de stock “es una buena noticia, porque significa que el mercado ha ido fluido”, dijeron.
Parámetros de calidad para hacer un traje a medida
Las mediciones de unos parámetros químicos en la recepción de uva en bodegas y cooperativas de Ciudad Real permitirá elaborar unos vinos que se ajusten a los gustos de los cada vez más exigentes mercados nacionales e internacionales.
“Hay mucha competencia y tenemos que hacer vinos como un traje a medida”, señalaron las fuentes del sector consultadas por Lanza.
El año pasado, cuatro de las más grandes cooperativas vinícolas empezaron a medir de manera conjunta y experimental parámetros como el pH, la acidez, la potasa y el ácido glucónico, y este año será uno de los indicadores para el pago y liquidación de la uva, que estará marcado por la calidad y no sólo del grado.
Pero antes de que ‘El Progreso’, de Villarrubia de los Ojos; ‘Virgen de las Viñas’, de Tomelloso; ‘Cristo de la Vega’, de Socuéllamos; y ‘Jesús del Perdón’, de Manzanares, aplicaran dichas mediciones, otra sociedad vinícola del entorno de La Mancha, como es ‘Vinícola de Tomelloso’, ya aplicaba estos indicadores químicos en la recepción de la uva.
Su presidente, Fernando Villena, indicó que están promoviendo la “uva de calidad” desde 2002, dentro de un amplio proceso de control del cultivo y del fruto que inician “con el seguimiento en campo”, con el fin de “tener referencias” y poder “hacer el traje a medida en los caldos en función de la demanda. Villena dijo que iniciarán la vendimia a finales de agosto con la vendimia nocturna de la variedad chardonnay y moscatel de grano menudo.
Rafael Torres, presidente de la cooperativa más grande de Europa, ‘Virgen de las Viñas’, también incidió en el control de calidad de sus vinos que “redundará en un precio mayor”. “Es un premio a la calidad”, afirmó.
Los parámetros de calidad de la uva que se aplicarán tendrán tres categorías: en la A se puntuará con 5 puntos; la B tendrá un valor de 1 a 4,99 puntos; y la categoría C, estará por debajo de 1 punto. Estos parámetros se aplicarán a las uvas airén y tempranillo principalmente, el 80% de los 480 millones de kilos que suman dichas sociedades cooperativas.