El presidente, Antonio Sánchez, también ha pasado lo suyo metido entre cuadro paredes. “Aunque sea por aburrimiento, el confinamiento te da tiempo para pensar, por ejemplo en nuevas marchas”. Así que no hay mal que por bien no venga. De hecho, se han incorporado tres partituras al repertorio y la idea es añadir otras dos. “El hecho de no haber actuaciones a la vista te permite trabajar con más soltura” –admite-.
Antonio y Paco representan la nueva era de la Banda de Jesús. Ellos y sus compañeros de directiva, recién renovada, son veinteañeros. Ninguna llega a los 30 y se ponen el mundo por montera, sin vértigo. Saben que dirigen una organización de gran arraigo en La Solana, que se mira con la lupa de la admiración, y también de la exigencia.
Hace poco han vuelto a los ensayos presenciales, por fin, aunque con limitaciones y mucha cautela. “Primero por voces y, poco a poco, incorporando a la gente”. “Siempre con distancia de seguridad, mascarilla y geles hidroalcohólicos”, recordaba el presidente. Y no más de una veintena en cada sesión, es decir, apenas un quinto del casi centenar actual.
Trece contratos perdidos
Sólo en marzo tenían 5 actuaciones programadas, más los 8 contratos firmados para Semana Santa. “Sentimos mucha pena porque el trabajo estaba hecho; los últimos ensayos que hicimos eran para disfrutarlos porque ya estábamos sueltos y preparados”, lamenta Antonio. Pero llegó el virus y no pudieron seguir. El tesorero reconoce que no abrochar esos contratos es un varapalo, aunque no dramatiza. “No supone perder, sino dejar de ganar, porque nosotros vivimos de la Semana Santa”. Lo peor, aparte de no actuar, es que limita la inversión en mejoras, especialmente la compra y renovación de instrumentos.
Al menos, varias hermandades han tenido el gesto de dar un donativo a las bandas que tenían contratadas, a modo de compensación. En este sentido, la banda de Jesús sólo tiene palabras de gratitud para su cofradía madre. “No tenemos queja porque nos apoya en todo momento”. El mejor ejemplo es que ya utilizan la nueva Casa de Hermandad, donde les han habilitado una academia de ensayo. “Es muy importante tener un techo donde guardar nuestro patrimonio y no pagar ningún alquiler por ello”. “Por desgracia, muchas agrupaciones que son amigas están perdiendo sus locales de ensayo porque no pueden pagarlos”, decía el presidente.
La juventud por bandera
Durante el confinamiento han aprovechado para renovar la Junta Directiva. Ninguno de sus miembros supera los 30 años. Un crisol de savia nueva que también tiene su extensión en el grueso de músicos, ya que la media de edad se sitúa en los 23. La cantera está garantizada, no sólo por la juventud sino también por la cantidad. En este momento son 93 componentes, con una fuerte presencia femenina, en torno al 40 por ciento del total. Ni siquiera en la época dorada de la banda bajo el estilo militar –los años 80- se alcanzó un contingente tan elevado.
“Musicalmente hemos dado un paso adelante y creo que ahora estamos en boca de los medios cofrades, mirando al futuro con humildad y trabajo”, afirma el presidente. Un buen ejemplo es el contrato firmado para el próximo Domingo de Ramos en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), con una hermandad muy conocida por la zona. “En Andalucía miran a Ciudad Real con muy buenos ojos porque comenzamos a destacar por nuestro buen hacer”. En la Banda de Jesús Rescatado lo tienen claro: ‘El Trabajo y la constancia, superan’.
