La Cofradía de la Virgen de las Angustias está viviendo un año para enmarcar. En vísperas de inaugurar su anhelado guardapasos, el colectivo ha querido conmemorar el 25 aniversario de la salida a costal de su titular. Para recordar tal efemérides, el pasado viernes celebró una mesa redonda y la posterior proyección de un video documental con los momentos más significativos de la preparación y desarrollo de la procesión de Viernes Santo. Los primeros artífices de aquella aventura, junto a otros que la han mantenido hasta ahora, hablaron de los difíciles comienzos y de cómo se ha evolucionado hasta hoy.
No cabía un alfiler en el auditorio del palacio Don Diego. El acto había despertado una gran expectación. Numerosos cofrades y público en general se dieron cita para rememorar aquel acontecimiento histórico que cumple ahora un cuarto de siglo. Entre los invitados protagonistas estaba el presidente que regía la cofradía entonces, Antonio Torres, al igual que el primer capataz, Tomás García. También participó el actual capataz, José Prieto, y los costaleros María Teresa Alhambra y Luis Joaquín Prieto, en un fórum que estuvo presentado y coordinado por María De la Cruz Moreno, otra mujer que sabe lo que es llevar a la virgen a costal.
En declaraciones a la prensa local, Antonio Torres explicó cómo surgió la idea de llevar a la titular a costal, una circunstancia que habían planificado con la construcción del nuevo paso de la virgen. “Lo dejamos preparado con los respiraderos y trabajaderas por si acaso, y al año siguiente lo llevamos a cabo con la colaboración de la cofradía de la Virgen de la Esperanza de Villarrubia de los Ojos”. Juntaron entonces una cuadrilla de hombres y mujeres que querían llevar a la virgen, algo que no convencía al capataz. “Nos dijo que no le gustaban las cuadrillas mixtas, pero al final, llegamos a un consenso”. Torres confesó que los inicios no fueron fáciles, ya que incluso tuvieron que cambiar el recorrido de la procesión, contando con el beneplácito de la Cofradía del Santo Sepulcro.
Tomás García puso su experiencia y conocimientos para enseñar a la cuadrilla. No en vano, es el capataz de la Virgen de la Esperanza de Villarrubia de los Ojos desde hace treinta y cuatro años. “Se adaptaron todos muy bien y fue un éxito. Estuvimos cuatro o cinco meses preparándolos y estoy muy orgulloso de ellos porque al final se crea una especie de familia”.
Luis Joaquín Prieto fue uno de aquellos primeros costaleros y es el único que se mantiene del grupo inaugural. “Tenía curiosidad por conocer este mundo y aquí sigo 25 años después. Empezaron desde cero, primero con la jerga y después con los entresijos a tener en cuenta para poder procesionar. “Aprendimos todos los detalles para llevar el paso y sobre todo a andar con el típico racheo y poco a poco hemos ido evolucionando, también gracias a la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Rescatado, que nos ha acompañado siempre”. Durante este tiempo, ha visto pasar mucha gente, especialmente público joven. “Esto es algo que te revitaliza porque llegan con mucha ilusión y te impulsan para seguir”.
Concluida la animada mesa redonda, se proyectó el documental creado por Manuel Ángel Intillaque, aficionado a la fotografía y comunicación audiovisual. Un trabajo totalmente altruista que el autor fraguó el año pasado y que ahora ha visto la luz. La cinta, de una hora de duración, plasma con todo detalle los preparativos y el desenlace de la procesión de Viernes Santo, donde sale la Virgen de las Angustias a costal desde hace ahora veinticinco años.