La fiscalía provincial pide 32 años de prisión para Antonio Santillana, el pequeño empresario de la construcción de Villanueva de los Infantes que en noviembre de 2016 mató a tiros a Alfonso Muñoz, el director de la sucursal de Caixabank en La Solana en la que había pedido un préstamo de 43.000 euros unos días antes.
Pudo haber provocado una masacre
El ministerio fiscal, que acaba de hacer público el escrito de calificación preliminar del caso, lo acusa de los delitos de asesinato –el de Muñoz-, del intento de asesinato de una gestora de la entidad financiera, a la que encañonó varias veces, y de amenazar a otra empleada de la entidad en la que pudo haber provocado una masacre el 23 de noviembre de ese año.
En concreto son veintidós años por el asesinato consumado, ocho por el intento de asesinato de la gestora y dos por las amenazas, además de una indemnización de más de medio millón de euros, la mayor parte para la viuda y los dos hijos del asesinado, de 40 años cuando murió. El fiscal también reclama 13.000 euros para las otras dos trabajadoras del banco (10.000 para la que intentó matar).
El caso lo juzgará un jurado popular ante la Audiencia Provincial, posiblemente el año que viene.
Todo por qué se retrasó un préstamo
¿Qué pasó por la cabeza de Antonio Santillana para actuar así? La fiscalía considera que este hombre de mediana edad está y estaba en sus cabales cuando mató a Muñoz y cree que el móvil fue simplemente que se retrasó el pago de un préstamo. Ni tan siquiera eso, que no le pagaron todo lo que había solicitado el día que él quería.
El escrito de calificación da por probado que el 21 de noviembre de 2016 la sucursal de Caixabank que dirigía Alfonso Muñoz en La Solana le concedió un préstamo a Antonio Santillana de 43.000 euros que le ingresaron casi en su totalidad dos días después.
“Me has engañado”
El día que pasó todo, el 23 de noviembre a primera hora de la mañana, un empleado del acusado le informó de que le habían ingresado todo el préstamo excepto 2.200 euros, que la entidad tenía que retener unos días por cuestiones de trámite, lo que provocó su ira hasta el punto de ir a su casa, coger su escopeta, cargarla, y dirigirse conduciendo desde su pueblo, Villanueva de los Infantes, hasta La Solana con intención de pedirle explicaciones a las personas que habían intervenido en la concesión del préstamo, Alfonso Muñoz y la gestora.
En realidad la fiscalía cree que a las 11.08 horas del 23 de noviembre, cuando entró con la escopeta cargada en la sucursal bancaria, ya había planeado matar a Muñoz y a la gestora, a la que encañonó y obligó a llevarlo al despacho del director del banco. “Me has enañado”, dijo cuando estuvo frente a Muñoz, al que sin darle oportunidad de replica o defensa disparó dos veces, hasta acabar con su vida.
Luego lo intentó con la gestora, que se ocultó debajo de una mesa y le suplicó que no la matase cuando vio lo que había hecho con su jefe. En el trayecto hasta el despacho de Muñoz también amenazó otra empleada que pretendía huir y pedir auxilio.