Dicen que el cuerpo humano es un lienzo en blanco, pero no estaba bien visto pintarlo. Hasta hace no tanto, solo legionarios y presidiarios tenían fama de tatuarse la piel, pero eso ha cambiado de manera radical. Hoy en día, una persona tatuada es lo más normal del mundo. Es más, raro es el joven con la piel virgen en este sentido. Tal vez por eso, los estudios de tatuajes proliferan y en La Solana acaba de abrir uno nuevo.
Los medios de comunicación fuimos invitados este miércoles a la apertura oficial de ‘Tatoo Estudio’, un nuevo negocio dedicado a esta práctica que está en plena progresión. Su propietario es Daniel Ramírez, un joven emprendedor que se ha formado poco a poco fuera de La Solana y ha decidido volver a su pueblo para probar fortuna en solitario.
Daniel lleva ocho años tatuando y todo empezó como un hobby. Pero su afición le hacía pensar en que podía ser su profesión, así que decidió hacer las maletas. Puso rumbo a Bilbao y allí se formó como tatuador profesional. También estuvo en Francia. “Siempre quieres volver a tu pueblo, con tu familia, y ya con la experiencia que tienes piensas en ser tu propio jefe, a ver cómo te va por ti mismo”, declara. No quería dar el paso hasta acumular más destreza. Y una vez decidido, acaba de abrir su propio estudio en la Avenida López Posadas, justo enfrente del IES Modesto Navarro, donde cientos de jóvenes estudian cada día. No oculta que la gente joven debe ser una importante bolsa de clientes.
“Ahora casi todos los jóvenes se tatúan”, afirma. Sin embargo, subraya que el tatuaje ya se ha extendido a todas las edades, cuando hasta hace no tanto parecía casi un estigma. “Se ha quitado ese miedo a que la gente te vea tatuado y también se permite más en ciertos trabajos donde antes no estaba bien visto”. “El tabú del tatuaje ha desaparecido”.
Hoy en día, se lleva es la llamada ‘línea fina’, es decir, tatuajes sencillos, fáciles de ver y poco recargados. “La gente pide piezas finitas que representen algo en especial y no se cansen nunca de tenerlo”. Eso sí, los clientes pueden pedir un tatuaje en las partes más insospechadas del cuerpo. “Una vez tatué a un anciano dentro de la oreja, que es una zona muy complicada de tatuar; ha sido mi tatuaje más difícil hasta ahora”.
A esta apertura asistieron la alcaldesa, Luisa Márquez, y su concejala de Cultura, Ángela Notario. La regidora dijo sentirse encantada de conocer el local y dio la enhorabuena al promotor. “Sé que le ha costado mucho esfuerzo y mucho trabajo, pero La Solana necesita gente así, que arriesga y apuesta que quedarse en su pueblo”. Le deseó toda la suerte en esta iniciativa empresarial.