Se han cumplido las buenas expectativas que había para la temporada cinegética que acaba de terminar (concluyó el 21 de febrero) en Ciudad Real y Castilla-La Mancha, con trofeos de calidad y grandes aprovechamientos en el caso de la caza mayor, y un balance más irregular entre las especies de caza menor.
Así lo han transmitido varios portavoces de entidades de caza que han destacado la influencia directa de la climatología en la producción y, por tanto, en la actividad comercial.
El presidente de la Federación de Caza de Ciudad Real, Manuel Aranda, ha hecho un balance positivo de la campaña de especies mayores, “tanto en cantidad como en calidad”, con “buenas piezas en jabalí, ciervo, muflón, y corzo, éste ahora en expansión”.
El resultado de la temporada ha sido bueno en cuanto a número de capturas, por la ampliación de la temporada para el jabalí en la modalidad de aguardo o espera, y también en cuanto a calidad de los trofeos.
Respecto a la campaña en las especies menores, los resultados han sido más irregulares, “dependiendo de la zona”.
Respecto a la caza menor, los resultados han sido más irregulares, “dependiendo de la zona”. La liebre “casi no se ha cazado” debido a los efectos de la mixomatosis, mientras que en el caso del conejo “seguimos con la misma problemática”, es decir, en las zonas tradicionales “está casi exterminado”, frente a la comarca de La Mancha, “donde hay casi plaga”.
En estos escenarios, “hay que hacer controles y capturas”, para evitar daños en los cultivos.
También ha recordado la constatación de la reposición de las densidades de especies como la tórtola, gracias al esfuerzo de los cazadores castellano-manchegos y a la gestión de las sociedades federadas.
Más lento va el reequilibrio de la perdiz roja (su caza co nreclamo está abierta desde el 23 de enero hasta el día 5 de marzo), lastrada en parte, según Aranda, por la acción de los predadores, y los cambios en las prácticas agrícolas.
Número de federados
Aranda, ha valorado, por otro lado, el nivel de actividad entre los cazadores sociales de la provincia, con 5.000 de los 15.000 federados en toda Castilla-La Mancha. El número de titulares de estos permisos puede ser irreal porque algunos pagan la modalidad de licencia para cinco años, así como los jubilados están exentos de pago en la región. Además, las zonas colectivas de caza federadas tienen un beneficio fiscal adicional de un 15% y las sociedades que cumplen los fines sociales definidos para las zonas colectivas de caza tienen un descuento en la matrícula del 30%.
La misma tónica de los últimos años
El presidente de APROCA, Luis Fernando Villanueva, ha coincidido en el balance y ha señalado que la temporada ha registrado “la tónica de los últimos años”.
En los cotos de especies mayores “se han controlado y regulado” los cupos de capturas, a tenor de “una mayor sensibilidad del cazador y también del gestor” porque “las poblaciones son limitadas”.
El ciervo y el jabalí, al contrario de la caza menor, han tenido altas densidades en los espacios cinegéticos, principalmente en la provincia de Ciudad Real, con un “incremento exponencial”, que podría interaccionar, a su juicio, con la fauna ganadera.
“Esperamos a ver las estadísticas de los abates de la temporada”, ha dicho.
Respecto a las especies menores, ha habido “altibajos” en función “de las familias y la comarca”. La liebre sigue recuperándose del lastre sufrido en sus densidades por los efectos del brote del virus de la mixomatosis detectado en 2018, que provocó caídas por encima del 60% en provincias tan tradiciones como Toledo, o en las comarcas ciudarrealeñas del Campo de Montiel o La Mancha.
Los avances hacia su recuperación, ha aplaudido Villanueva, han venido de la mano del proyecto de investigación Mixolepus, en el que intervienen entre otros la Fundación Artemisan, y el Ministerio de Agricultura. En concreto, han analizado el genoma del virus mixoma en la liebre y han impulsado estudios epidemiológicos y patológicos.
En lo referido a la perdiz roja, la campaña “ha sido irregular”, en conjugación con las condiciones de la comarca y las prácticas cinegéticas que registre, tras una “cría no muy excepcional”.
Carlos Sánchez, coordinador de investigación de la Fundación Artemisan, ha hecho similar arqueo, al comentar las “buenas capturas” del jabalí y el ciervo, aunque se iniciara con sequía y haya acabado con “mucho calor”.
La producción de la perdiz ha tenido más aristas porque “sigue recuperándose de la mixomatosis”, y el conejo presenta densidades con dientes de sierra.