El avance de la pandemia en la provincia de Ciudad Real, en el inicio de la que se prevé como tercera ola de contagios coincidiendo con el invierno y los contactos navideños, se está notando en las residencias de mayores, que tras meses ‘limpias’ han empezado a detectar casos. Sanidad ha confirmado este lunes diecisiete internos positivos por Covid-19 en la residencia Gregorio Marañón de Ciudad Real, la pública de mayor capacidad (unos 300 residentes) y siete trabajadores infectados.
78 afectados en Pocitas del Prior, la mitad residentes
Estos casos se suman a los detectados la semana pasada en otra residencia pública, Pocitas del Prior de Puertollano, con 39 internos positivos y 39 trabajadores con coronavirus, según la actualización de datos de la Consejería Sanidad. Ambos centros son los más afectados en la provincia, en sintonía con el incremento de contagios en general tanto en Puertollano como en Ciudad Real, en fase tres como otras localidades antes de que empezaran los días fuertes de las fiestas navideñas.
Despedida en la distancia
De los casos confirmados en la Gregorio Marañón dos parecen graves y al menos uno, el de Leonor Barrilero, de 86 años, ha precisado hospitalización. Lanza ha presenciado este mediodía el traslado de esta residente al Hospital General, en medio del nerviosismo y la impotencia de sus hijas Eva María y Marisol Guerrero, que la han despedido desde la puerta, sin poder acercarse, con su teléfono móvil metido en un sobre y en ‘cuarentena’ de 48 horas.

No entienden que se vaya sin móvil
“No entendemos que se tenga que ir incomunicada y no le podamos dar el teléfono cuando supuestamente ella ya tiene el virus”, explican las hijas de Barrilero con el sobre que contiene el terminal en las manos. A ellas se lo han entregado poco después de la una en la residencia, tras informarlas de que el aparato tenía que permanecer 48 horas en recepción desde que se confirmó el positivo de su madre.
Las hijas de Leonor, que perdieron a su padre en marzo (ambos vivían juntos en la residencia) en el primer golpe de la pandemia, temen que su madre, “que está muy bien de la cabeza pero no se vale por sí misma”, dicen, no supere esto que le viene por el susto de saber que tiene la enfermedad y el aislamiento, «también está delicada del corazón y sufrió un ictus», agregan.
“Cuando pasó lo de mi padre la sacamos de aquí y estuvo con nosotros cuatro meses, pero cogió una neumonía que no tenía que ver con el covid, estuvo un mes ingresada, y ha perdido mucha masa muscular. Debería haber hecho rehabilitación, pero no se la han dado”, dicen.
Las hijas de Leonor, que la despiden con la mano desde la distancia mientras una ambulancia la recoge en el centro sociosanitario para llevarla al hospital, están angustiadas, “desde ayer por la mañana no sabemos nada de ella, por lo visto el móvil se desconectó y no hemos podido ni siquiera hablar con ella hoy ”.
Muy nerviosa cuando le han dicho que tenía covid
Según dicen la doctora de la planta de su madre, “Rosa, muy amable, nos ha explicado que había dos casos más graves, ahora mismo no sabemos si la vamos a ver y qué pasará con ella. Lo peor es que le han dicho que tenía covid y se ha puesto muy nerviosa”.
Según estos familiares, a su madre le han hecho dos pruebas en la última semana, “el 28 dio negativo pero dos días después, el 30, se confirmó su positivo. La bajaron de su planta a su habitación, según nos ha ido contando, sin su ropa ni sus mantas, y por lo visto ha pasado mucho frío [esto último dicen que los saben porque se lo comentó su madre antes que se apagara el teléfono], lo estamos pasando fatal”, cuentan.
Con positivos no hay vacunas
Los brotes de Covid-19 han impedido que empiece la vacunación en estas dos residencias dependientes del Gobierno de Castilla-La Mancha. El requisito para empezar a vacunar es que no haya casos positivos.