Puntuales a su cita como cada año, aunque éste con unas temperaturas mucho más elevadas de lo habitual, la ganadería brava de Alicia Chico ha vuelto a atravesar el antiguo y conocido Campo de Montiel en dirección a la comarca turolense de los Montes Universales, en busca de un verano más fresco para las reses bravas y en el que puedan pastar con más comodidad que en la zona de Sierra Morena, concretamente en Vilches, donde habitualmente pasan los meses fríos.
Cada seis meses, esta ganadería turolense emprende un viaje que dura casi un mes. En noviembre huyen de las nieves de la sierra de Albarracín, y en junio, de la sequía andaluza. Unas 500 vacas bravas, cabestros, sementales y becerros, recorren media España guiadas por cuatro vaqueros a caballo, comandados por el mayoral de la ganadería, Sito González, además de un vehículo de avituallamiento. Los machos son transportados en camiones para evitar riesgos innecesarios.
Atravesando las provincias de Teruel, Cuenca, Ciudad Real y Jaén, estas 500 reses bravas recorren estos días la ruta trashumante que une los Montes Universales, en las cimas turolenses del Sistema Ibérico, con Sierra Morena, en Jaén. Esta ruta, de unos 500 kilómetros, es considerada la más larga de toda España.
Castellar de Santiago, Villamanrique, Torre de Juan Abad, Puebla del Príncipe, Terrinches, Albaladejo y Villanueva de la Fuente, son las localidades de la provincia de Ciudad Real que estas 500 reses han atravesado huyendo los pastos secos de Sierra Morena a los verdes y frescos de la Sierra de Albarracín, hasta donde hay que llegar a través de la Cañada Real Conquense, también conocida como ‘de los Chorros’.
La trashumancia cada vez es más difícil para los pocos que la siguen haciendo. Ya sea ganado ovino o bovino, cada vez hay menos ganaderos que la hacen, y es debido al mal estado de las cañadas, la escasez de lugares donde el ganado abreve o la escasez de alimento para los animales durante las etapas, que suelen ser de entre 25 y 30 kilómetros diarios. Estas dificultades hacen que los ganaderos tengan que llevar bañeras para abrevar al ganado, comprar pienso o dar rodeos de hasta 40 kilómetros para que las reses tengan alimento y agua. A esto se le añade que los refugios que había antiguamente para pastores y ganaderos hayan desaparecido y que tengan que dormir en tiendas de campaña durante el mes que dura la trashumancia.
El mayoral de la ganadería, Sito González, acompañado de los vaqueros Juan Moleón, Román Gomariz y Jordan Gomariz, además del encargado del avituallamiento (hatero), Eleuterio González, llegarán a Albarracín a finales del mes de junio tras un mes recorriendo la Cañada Real Conquense durante unos 500 kilómetros.