J. Y.
Ciudad Real
A pesar de tener una sociedad que practica altamente la violencia contra las mujeres y de alcanzar niveles del 80 por ciento de impunidad en la responsabilidad de estos casos, las mujeres colombianas están copando cotas de poder para reivindicar los derechos de verdad, justicia y reparación. Este liderazgo y expansión de quienes son víctimas “normalizadas” de violaciones sistemáticas por parte de los tres actores armados que se enfrentan en el conflicto que asola el país desde hace casi 50 años, “significa también mayor riesgo para sus vidas”.
Así lo declaró a Lanza Claudia Mejía, presidenta de la organización feminista Sisma Mujer que esbozó una radiografía de la violencia hacia colectivos vulnerables en Colombia, especialmente, hacia las mujeres.
De esta forma y ante esta fuerte movilización de la sociedad civil liderada por las féminas, el último informe de la relatora de defensores de derechos humanos de la ONU recoge que este país sudamericano “es el más peligroso para las defensoras de derechos”, por lo que Mejía reclama la necesidad de recabar “apoyos a nivel internacional y respaldo de los medios”.
Mejía, que participó en las VII Jornadas Interuniversitarias de Cooperación al Desarrollo: Derechos Humanos en Colombia en el campus universitario capitalino, destacó “la rentabilidad de la sociedad civil para el país, por su dinamismo, su fuerza y sus ganas de proponer y de hacer”.
En el ámbito de la violencia sexual, recordó que, además de los ataques intrafamiliares, cada mes -según los datos oficiales- ocho mujeres son víctimas de estos delitos por alguno de los tres agentes de la guerra: la guerrilla de la extrema izquierda, los paramilitares de la derecha y también los agentes del Estado.
Al parecer, el 63% de las mujeres violadas en 2010 en el marco del conflicto fueron víctimas de policías o militares, el 15 por ciento de paramilitares y el 22 por ciento de guerrilleros.
Impunidad
“Es el único crimen silenciado sobre la tierra, en la que víctima tiene culpa y siente vergüenza”, comentó Mejía, a la que vez que recordó que el grado de impunidad de hasta más del 80 por ciento significa “un mensaje de continuidad y de alimento a la violencia contra las mujeres”.
Esta experta en derechos humanos y en mujer también llamó la atención sobre la última “revolución” en la que se hayan inmersas las colombianas como es la devolución de las tierras al campesinado. Se trata de una prueba de fuego para el programa de restitución en que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos está trabajando. En total, fueron robadas 6,6 millones de hectáreas en todo el país, según un informe reciente divulgado por Naciones Unidas. De esta cantidad solo han sido recuperadas medio millón de hectáreas y la mitad de la tierra del país está en manos del 1,15 por ciento de los propietarios.
“El despojo en Colombia ha significado en los últimos años la muerte y desaparición forzada de los varones, por lo que son las mujeres sobrevivientes las que están liderando esta restitución de la tierra”, relató Mejía. Y esta exposición social y pública de las mujeres por una pura ecuación matemática entre los dos sexos, reiteró, ”puede significar un incremento de la pérdida de la vida de las defensoras”.
Mejía recordó que la esperanza está presente en las mujeres pues desean que el Gobierno cumpla y les entregue los títulos definitivos que les acreditan como propietarias. En definitiva, han decidido dar vida a la tierra.