Las fincas rústicas -agrarias, cinegéticas o de recreo- centran el interés de los inversores, cada vez con más inclinación hacia este tipo de activo “por su estabilidad”. Llevan de moda varios años y las cifras de transmisiones han marcado una tendencia al alza en la región y en España, incluso en tiempos de pandemia. La actividad en Ciudad Real mantiene el crecimiento sostenido, sobre todo en las compraventas contabilizadas en el primer trimestre, con varios perfiles de compradores y usos. Los cultivos ecológicos y las tierras dedicadas a la rotación para dar cumplimiento a los criterios de sostenibilidad de la Política Agraria Común (PAC) son los principales destinos de las superficies adquiridas con fondos, aunque otras, con más peso de las herencias, se dedican a la ganadería, la actividad cinegética o al descanso.

¿Y por qué este interés?
Porque el campo, según Regino Coca, fundador y CEO de Cocampo, el portal de anuncios de compra y arrendamiento de fincas rústicas, se ha convertido en “un valor refugio (el que se revaloriza a un ritmo igual o superior a la inflación) para ahorradores e inversores” por “la estabilidad frente a otros tipos de activos”. Incluso la predilección se mantiene “en un contexto inflacionista”.
Los compradores responden a tres perfiles, indica Coca: están los empresarios agro, que compran “para invertir sus beneficios” y rentabilizar la explotación, los inversores financieros, “que igual se hacen con bienes muebles, acciones o este tipo de activos, o, en tercer lugar, los profesionales con solvencia económica que “tras el Covid buscan nuevos estilos de vida”.
El colectivo mayoritario, “que se lleva la palma”, es el de agricultores inmersos en la actividad agroalimentaria, a tenor del propio registro que anota el portal de ventas del experto, mientras que el tercer grupo cuenta con otro “gran volumen de llamadas” ante las decisiones “de mirar o volver al campo”.
La concentración de parcelas “es inevitable”, sostiene Coca, porque, como al igual que en otros sectores económicos, “la renovación tecnológica hace inevitable que se busquen fincas más grandes y explotaciones mayores”. También es una forma de incrementar la capacidad de producir.
Ciudad Real es el escenario ideal para consolidar suelo entre los inversores agroganaderos, para así aprovechar la infraestructura y la maquinaria, y poder minimizar costes de producción, que han subido entre el 30% y el 60%, sobre todo en fitosanitarios, combustibles y energía. Los datos de transmisiones de fincas rústicas en los primeros cuatro meses ponen de manifiesto el mayor peso de las compraventas sobre las herencias herencias en la provincia, con 2.082 contratos de venta, un 50,9% y un 30,8% (1.260) de herencias sobre el total de operaciones (4.086).
Significa que «tiene un mercado dinámico, por encima de la media del conjunto de España, donde las herencias suelen igualar (y en algunos casos superar) las transmisiones por compraventa», explica el experto.

Acceso a la tierra
Con todo, Coca muestra su preocupación ante el acceso a la tierra para las nuevas generaciones, ya que el 31% de los propietarios de fincas rurales en España son mayores 65 años, y el 70% se jubilará en los próximos 10 años. “El relevo generacional es un problema”, advierte, y apunta a la necesidad de implementar ayudas para optimizar la capacidad adquisitiva de los más jóvenes a la hora de acceder a suelo rústico. También ve inaplazable la mejora de la “imagen del trabajo en el campo y la dignificación de su estilo de vida”.
Respecto a los precios rústicos, se mantienen al alza, sobre todo los de explotaciones agrarias y pecuarias de regadío. Son más estables, indica Coca, y por tanto, menos volátiles que los valores de las parcelas de recreo, con más vaivenes, y ahora, en la época postCovid, “por encima de la inflación” porque “se han puesto de moda”.
“O amplías o vendes”
En la misma línea, el secretario ejecutivo de Asaja Castilla-La Mancha, Arturo Serrano, destaca la fortaleza del “sistema agro”, frente a las debilidades que han demostrado sectores como la restauración o la hostelería” en la crisis sanitaria.
Con todo, más crítico, asegura que el dinamismo de la compraventa de suelo rústico entre los agricultores se debe a la supervivencia. “La legislación europea ataca al sistema productivo y liga al productor al empobrecimiento”, un extremo que “nos lleva a dos vías, o amplías o vendes”,
El objetivo es, para Serrano, “hacer las explotaciones más productivas y ganar en rentabilidad” cuando los productores “son más jóvenes”, o arrendar o vender “si cuentas con 60 años”.
La industrialización del campo, para Serrano, tiene una doble lectura: “es negativo porque muchos propietarios pasarán a ser empleados”, y es positivo porque permitirá “una competitividad sana y una gestión de empresa”. “El profesional se tendrá que adaptar, y crecerá poco a poco”, sentencia.
Respecto al precio, el técnico agrario coincide en que “no ha bajado en los últimos 25 años”, una tendencia que puede perjudicar a quienes quieran comprar y sean ajenos al campo. Más fácil lo tienen los jóvenes de familias con tierras que quieran incorporarse a la actividad agraria. “Tras los tres años de mentiras (ayudas a la incorporación), tendrán que ampliar el negocio para obtener rentabilidad”, en el caso de los leñosos con más de 50 hectáreas, o entre 250 y 300 ha en cereales. El objetivo es “sobrevivir y poder mantener una empresa financieramente sostenible”.
Otras barreras pendientes son “las dificultades para contratar a mano de obra con la reforma laboral, la nueva PAC, que penaliza a la agricultura profesional, y los precios prohibitivos de los costes que limita los márgenes de beneficios”.

El mercado de las fincas rústicas: Ciudad Real crece en el primer trimestre
El mercado de las fincas rústicas en abril, señala Regino Coca, fundador de Cocampo, confirma su buen momento en España: en el conjunto del primer cuatrimestre de 2022 se vendieron un total de 56.611 propiedades. Representa un incremento en este periodo del 8% respecto a 2021 y el mejor dato en los primeros cuatro meses del año en la última década.
Los territorios con mayores cifras de compraventas son, tal y como recoge Cocampo, Andalucía y Castilla la Mancha. Dentro de ésta, destacan Toledo y Ciudad Real, en este orden, con mayor número de operaciones. Los datos en el caso de la provincia ciudarrealeña “se muestran muy estables, con más dinamismo entre enero y marzo, y menor actividad en abril, “por los efectos de la Semana Santa”. Actividad en positivo tendrán los meses de mayo, junio y julio, y menos dinámica será agosto, explica dicha fuente.
En concreto, las transmisiones de fincas rústicas en el territorio provincial se han incrementado casi un 10% (un 9,3%) en lo que va de año: desde las 926 en enero, hasta alcanzar 1.013 en abril. En total ha habido 4.086 transmisiones de fincas rústicas en Ciudad Real entre enero y abril, una cifra que se ha situado un 8% por debajo de las 4.437 operaciones contabilizadas en el mismo periodo de 2021.
Por tipos de transmisiones, el mayor volumen corresponde a compraventas, con el 50,9% y 2.082 en total en el primer cuatrimestre, seguidas de las herencias, con el 30,8% y 1.260 cambio de titulares.
La provincia ha tenido una buena recuperación tras el Covid-19, con el pico de más actividad en febrero de 2021 y 1.365 transmisiones.
En relación a la compraventa de fincas rústicas en Castilla-La Mancha en lo que llevamos de 2022, la cifra se incrementó entre el conjunto de los meses enero y abril, y de las 17.839 pasó a las 18.188 de este cuatrimestre.
Observando los datos de todo el año (de abril de 2021 a abril 2022), se observa una caída en la compraventa de fincas rústicas desde junio de 2021 hasta febrero de 2022 en ambos territorios, a partir de este mes se aprecia una notable subida, con datos superiores a los que daban en periodo prepandemia.