Los propietarios de gasolineras y estaciones de servicio de la provincia de Ciudad Real se encuentran con el agua al cuello. Desde que se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria del COVID-19, sus ingresos han entre un 80 y un 90%, sin embargo, el Gobierno, al considerarlos un servicio esencial, no les permite cerrar o reducir sus horarios con el objetivo de ahorrar costes.
“Al cabo del día solo paran dos o tres camiones, mientras tanto tengo que mantener al personal con su horario habitual y los gastos de apertura de la gasolinera”, lamenta Francisco Molina, dueño de una gasolinera ubicada en la A-4 y presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio. En el caso de Molina, los ingresos en su gasolinera de la A-4 han descendido en torno a un 80%, mientras que en otras dos que posee, ubicadas en Valdepeñas y Alcubillas, los ingresos han bajado al 90%, mientras que los costes laborales, de mantenimiento y de suministros siguen siendo lo mismo, algo que hace que la situación sea “insostenible”.
Desde la patronal de las estaciones de servicio piden al Gobierno la reducción de horarios o el cierre parcial de gasolineras, siempre y cuando se establezca un sistema de guardias, “similar al de las farmacias”, para garantizar el suministro de combustible a transportistas y personal esencial, “pero no nos dejan”, critica Molina.
“Si nuestra gasolinera tiene un horario habitual de 24 horas, ahora tenemos que seguir manteniendo ese horario y, como es obvio, los trabajadores suficientes para garantizar la apertura en esas 24 horas, aunque en diez horas no te pare nadie a repostar”, denuncia el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio de Ciudad Real.
El precio del combustible debería ser más bajo
Además de estos problemas, los gasolineros coinciden en que el precio de los combustibles deberían de estar bastante más baratos. Todos por debajo del euro. “No es de recibo que el barril de brent esté en torno a los 25 dólares y el precio de los combustibles solo haya bajado 15 céntimos, cuando hace un par de meses el barril estaba a más de 70 dólares”, destaca Molina.
Agravio comparativo con las gasolineras no atendidas
Unos problemas que se incrementan más si se tienen en cuenta las facilidades de las gasolineras desatendidas. “A las desatendidas les da igual esta situación, ya que no les afecta. El coste para éstas va a ser el mismo vendan mucho o vendan poco, pues funcionan las 24 horas, no tienen que pagar sueldos y su coste de mantenimiento es mínimo”, indica Molina, al tiempo que recuerda que a las gasolineras atendidas se les requiere que mantengan los baños públicos abiertos para los transportistas que paran en ellas, lo que también supone un coste adicional al tener que mantener los servicios limpios.
“Todas estas medidas nos aboca a destruir puestos de empleo y a empezar a funcionar también como las gasolineras desatendidas”, asevera el responsable provincial de la patronal de las gasolineras.