¿España es el país con más fiestas del mundo?, los españoles, presuntuosos en esto, pensamos que sí, que en lo de la fiesta vamos un paso por delante de otras culturas y que las Navidades, al menos de tradición cristiana, son iguales. Reconforta comprobar que no es así, que la globalización no ha logrado unificar tradiciones, ritos y festejos.
«La diferencia nos hace encantadores a cada uno, si todo fuera igual el mundo sería aburrido», reflexiona Tania Rimer, venezolana en Ciudad Real (salió de su ciudad, Caracas, hace seis años con su marido y su hijo). A miles de kilómetros de su país y con un océano por medio, Rimer y su familia celebran la Navidad como en Venezuela. La internacionalización tiene alguna cosa buena, como el acceso a productos, «antes era más difícil conseguir hoja de plátano pero siendo ya una diáspora lo que se ha producido en Venezuela, con casi ocho millones de personas fuera del país, es más fácil».
Tania Rimer, su marido Rafael Mourad, Claudia Bianca Barbulea, Luci María Gulea, Ofelia Aros y Wellington Castellanos, venezolanos, rumanas, colombiana y dominicano, respectivamente, relatan cómo pasan las fiestas «decembrinas» y compensan los afectos de allá con videollamadas, redes sociales y guisos evocadores de su infancia.
La nieve nunca falta en Navidad en Rumanía
La nieve no puede faltar en Navidad en Rumanía. En Venezuela es imposible abstraerse de las ‘gaitas’ (música que mezcla ritmos afrocaribeños, indígenas y españoles), la pólvora y una buena cena a base de hallaca, pernil, ensalada de gallina, pan de jamón y ponche crema. La tradición venezolana se parece a la de otros países latinos como República Dominicana (no puede faltar el tamal o pastel de hoja) y sobre todo Colombia, con quien Venezuela comparte la costumbre de recibir regalos en Navidad, se los encargan al Niño Jesús o al Niño Dios.
Los sancochos de Año Nuevo en Colombia
Colombia aporta a los menús gastronómicos navideños el sancocho trifásico, un guiso parecido a nuestro cocido, con tres tipos de carne: vacuno, cerdo y pollo, cocinados con plátano verde, yuca y papa, que se elabora en familia y en la calle el día de Año Nuevo. «A veces seguimos hasta el 2 de enero con esta fiesta», cuenta Ofelia Aros, colombiana caleña de visita en Ciudad Real (aquí viven sus hijos). No cocinarán el sancocho en la calle, pero ese no es un problema, lo harán en casa y con productos del locutorio Donmarket II y otras tiendas especializadas en alimentos latinos que no paran de crecer en Ciudad Real, como la pujante comunidad sudamericana.
La Navidad «oficiosa» empieza el 18 de noviembre en Venezuela
Si creen que la Navidad empieza pronto atentos a lo que cuentan estas personas. Tania Rimel asegura que el ambiente festivo, mágico, de la Navidad en Venezuela comienza el 18 de noviembre con la celebración en el Estado de Zulia (Maracaibo) de la Virgen de la Chiquinquirá (Virgen Chinita). Y en Rumanía, según Claudia Barbulea y Luci Gulea, el 1 de diciembre, fiesta nacional de Rumanía, y no acaba hasta Año Nuevo. En Colombia el comienzo del tiempo navideño lo marca el 7 de diciembre, festividad de la Virgen.
En República Dominicana las fiestas navideñas, según Wellington Castellanos, dominicano de Ciudad Real (vino hace diez años con su hermano) «son muy pintorescas y se celebran con muchísima comida». Allí las fiestas grandes son Nochebuena, Nochevieja, Año Nuevo y también Reyes. «A mí los regalos siempre me los han traído los Reyes, de Papá Noel solo he tenido regalos cuando vine a España, de mi mujer» (está casado con una española).
El clima marca diferencias a la hora de celebrar Navidad
El clima parece determinante a la hora de celebrar la Navidad. En lugares como Caracas, «la ciudad de la eterna primavera», Santo Domingo, la ciudad de Wellington, o Cali, de donde viene Ofelia, el clima agradable (unos 17 grados en estas fechas) invita a festejar en la calle, con muchas luces, música, bailes y fuegos artificiales «que se escuchan a diario durante el tiempo de Navidad», remarcan.
La Navidad centroeuropea de Rumanía, un país de religión cristiana ortodoxa, también es muy festiva, «celebramos el 25, y el 26 y el 27 también son festivos, hay más festivos que aquí», explica Luci María, con la celebración previa de San Nicolás, que se cuela por las ventanas la noche del 5 al 6 de diciembre dejando regalos a los niños que se han portado bien (o un palito para que los padres castiguen simbólicamente a los traviesos).
Lea las historias completas en estos tres enlaces: Tania y Rafael, Claudia y Luci, Ofelia y Wellington.