Los primeros visitantes de la ruta de la isla del Pan en el parque nacional de las Tablas de Daimiel, reabierta al público este jueves tras la restauración ambiental de cuatro meses, no salen de su asombro. ¿Son las Tablas ahora?, se preguntan muchos tras la información de la reapertura del itinerario, que luce con una lámina mínima de agua, pasarelas de madera nuevas, nada de vegetación impropia, y pequeñas islitas de masiega. El paisaje que nunca debió perder un humedal acosado por la sequía y el problema crónico de la sobreexplotación de los acuíferos.
Precisamente las aguas subterráneas, a las que el parque puede acceder (cuenta con su propia batería de pozos) han servido para completar el proceso de restauración y retirada de sedimentos y vegetación que ha ido colonizando el vaso lagunar por los prolongados periodos de sequía.
La restauración, que el visitante puede juzgar desde este 8 de diciembre, ha sorprendido para bien a los primeros visitantes (de la provincia y la comarca), incluso a las empresas que gestionan las visitas guiadas, no siempre conformes con las actuaciones del Organismo Autónomo Parques Nacionales que toma las decisiones en el parque, en coordinación con el Gobierno de Castilla-La Mancha.

Las Tablas, como en los años cincuenta
“La estampa que se ve ahora se parece bastante a fotos antiguas de cómo era la zona en sus años de más esplendor, los cincuenta del siglo pasado. Creo que esta restauración abre nuevas posibilidades para interpretar la visita. Lo que se ha hecho es artificial, pero no tiene por qué ser malo para recuperar el ecosistema ni entenderlo”, cuenta Jesús Pozuelo, gerente de Destinos Manchegos y presidente de la Asociación Turística Tablas de Daimiel.
Su empresa, que en este último año de sequía y falta de agua llegó a suspender las visitas guiadas al humedal (ahora las sigue haciendo para avistar grullas) ha sido de los primeros en difundir en sus redes sociales las primeras imágenes del itinerario restaurado.
🍂 Cada otoño, la llegada de las grullas forma parte del #paisajesonoro del #PNTablasDaimiel 🏞️🦆
Una fiesta para los sentidos 👀👂@DehesaZacatena @oapngob #RedParquesNacionales pic.twitter.com/UKlJiGKFKe— Aguadiana-Zacatena (@DehesaZacatena) December 9, 2022
Las lluvias introducen la esperanza de la recuperación
Aplaudida por la lluvia, que ha coincidido con la reapertura del itinerario, Destinos Manchegos valora la importancia de la restauración “que ha conllevado la retirada de sedimentos, el arreglo de varios tramos de pasarelas y observatorios. Ahora toca esperar a que la vegetación palustre crezca y rodee las islas y orillas, a que la masiega haga acto de presencia en el interior de las Tablas y que las algas ocupen los fondos. Crucemos los dedos y que la lluvia no cese”, comparte la empresa en sus redes sociales.
El itinerario de pasarelas más popular del parque nacional permanecía cerrado desde finales de julio. En estos meses se ha sometido a una restauración ambiental acometida en unas Tablas de Daimiel en horas bajas, con solo 125 hectáreas encharcadas a mediados de noviembre, y eso tras el trasvase excepcional del Tajo de las pruebas de la Tubería Manchega.
Restauración basada en un estudio del CSIC
El proyecto está basado en un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2021 e informado favorablemente en el pleno del patronato del parque nacional del 14 de diciembre, hace un año. También está recogida en el plan rector de uso y gestión del parque nacional y se ha financiado con los fondos de recuperación europeos Next Generation.
El moco del pantano y los malos olores en las Tablas
Otro de los objetivos de la restauración era acabar con la materia orgánica en descomposición en el agua que en estos años de prolongados periodos secos con pocos húmedos, ha incrementado el grosor del sedimento y los nutrientes (fósforo y nitrato), lo que ha hecho proliferar unas algas filamentosas conocidas en Norteamérica como ‘moco del pantano’ responsables de los malos olores y el escaso crecimiento de plantas subacuáticas características del humedal.
Las Tablas, cincuenta años de parque nacional en 2023
Carlos Ruiz de la Hermosa, director del parque, explicó en agosto que una actuación de este tipo no es lo deseable, pero sí imprescindible para no tirar la toalla e impedir que siga la degradación irreversible del humedal, que el año que viene cumple cincuenta años. “Nos hemos visto obligados a intervenir para retirar toda esa vegetación superficial, los sedimentos contaminados, y restaurar el ecosistema. Nuestra idea es aproximarnos a una situación que nos marcan las fotos aéreas antiguas de cómo era esta laguna, toda libre de vegetación a excepción de las islitas de masiega”.

La restauración de la isla del Pan afecta al 0,3% del parque
La restauración de la isla del Pan ha sido “una actuación puntual”, que solo afecta el 0,3 por ciento del vaso lagunar del parque, similar a otras restauraciones de humedales que se han hecho en comunidades como Galicia, con el beneplácito allí de las organizaciones ecologistas que lo han criticado en Daimiel, “nosotros no estamos inventando nada, es lo que se hace en otros humedales”, insiste el director del parque, preguntado por las críticas de Ecologistas en Acción y grupos conservacionistas locales.
La inundación de la isla del Pan se ha hecho con aguas subterráneas, de la batería de pozos que dispone las Tablas tras el incendio de turberas de 2009, en la zona de la masa de agua subterránea Mancha Occidental I (uno de las tres masas centrales del conocido antes como acuífero 23). La suelta de agua para recuperar una mínima lámina permanente se hizo la última semana de noviembre.

Las Tablas y los valores por los que son parque desde 1973
Las Tablas de Daimiel son un humedal prácticamente único en Europa y último representante del ecosistema denominado tablas fluviales, antaño característico de la llanura central de la Península Ibérica. Es un ecosistema complejo que mezcla las características de una llanura de inundación, producida por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia, con la de un área de descarga de aguas subterráneas procedentes de un acuífero de gran tamaño.
Estos desbordamientos, favorecidos por la escasez de pendiente en el terreno, llevan emparejados el desarrollo de una potente y característica cubierta vegetal que constituye un excepcional hábitat para toda la fauna ligada al medio acuático.
Con la declaración del parque nacional en 1973 se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación, creando una zona integral de aves acuáticas.