J. Y.
Ciudad Real
Las precipitaciones caídas en los últimos días han llegado de manera muy oportuna al desarrollo de las tareas de siembra del cereal de invierno en la provincia, tras un verano seco que dejó la tierra deshidratada.
De esta manera, los cerealistas de la provincia consultados coinciden en señalar “los beneficios del agua” que, al menos, en este final de año, garantizarán “una buena nascencia” de trigos, cebadas, avenas, maíces, centenos, yeros o vezas en 297.000 hectáreas repartidas en las comarcas de Calatrava, Montiel y La Mancha, que producen una media anual de 700.000 toneladas.
Ramón López Hervás, portavoz de la Comisión sectorial de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, celebró “el buen laboreo” de los cerealistas “por el excelente tempero” de la tierra, gracias a la llegada de las condiciones climatológicas típicas del otoño, con lluvias abundantes y temperaturas bajas.
La actual sementera será la tercera en el marco de la nueva PAC, con la obligación de rotación en los cultivos dentro de la aplicación del llamado pago verde (greening) para tener derecho a percibir las correspondientes ayudas.
“No creo que varíe mucho el mapa en la comunidad, hay quienes dedican dos tercios a cereal y uno a girasol, otros al 50%, además del porcentaje de barbechos, porque los agricultores ya conocen la normativa”, recordó dicho portavoz.
Respecto a los mercados y las cotizaciones cerealísticas, lamentó “los malos precios” que, en su opinión, “no acompañan”, y dijo esperar que “de alguna forma no bajen más, pues hemos tocado fondo”.
Sin querer ser negativo, reflexionó sobre el escenario mundial “con una producción alta y volúmenes en stock”. Por contra, López apostó “por vender como lo hacemos en Cooperativas, comercializar cuotas mensuales para estar en el mercado”.
Favorable
Manuel Carmona, un joven agricultor de Argamasilla de Alba, mostró su satisfacción por la climatología favorable a las labores de siembra, un escenario “que apunta a que tiene que nacer todo bien, y que ojalá siga bien a lo largo de los meses”. Con una explotación de entre 70 y 80 hectáreas de cebada (algo de berza para segarlo en verde), Carmona señaló que “ha mejorado mucho” porque en octubre “la tierra estaba muy seca”.
Pablo Tapiador, el presidente local de Asaja Malagón, también anticipó buenas expectativas entre los cerealistas de la zona de Montes Norte, donde él sembrará cerca de 70 hectáreas de avena y trigo. Deploró la caída de precios después de unos rendimientos en la pasada campaña “buenos”, con 2.000 ó 2.500 kilos por hectárea en trigos y en cebadas, y entre 2.000 y 3.000 kilos en avena. “No puede ser que en origen nos paguen los trigos y avenas a entre 24 y 26 pesetas, diez menos que los precios del año pasado, que estuvieron entre 30 y 33”, protestó porque “así no cubrimos gastos”.