Durante la noche del sábado, la iglesia de Santa María abrió sus puertas a un concierto “muy especial”. La 16ª muestra de polifonía religiosa ‘Fernando Gigante Galiana’ cautivó al público daimieleño que bajo un silencio sobrecogedor escuchó atento las voces melódicas del Coro Ariadna, llegado desde Barcelona, y de la agrupación anfitriona, Laminium.
La formación musical invitada, perteneciente a la Agrupació Cor Madrigal, dejó patente su veteranía, con 45 años de historia como coro, ofreciendo un repertorio dedicado principalmente a la Virgen María. 23 voces mixtas que dirige Xavier García Cardona, muy ligado a Daimiel por su familia paterna, quien aseguró que pese a haber actuado en importantes lugares como el Palau de la Música Catalana, este era un concierto “muy emotivo y significativo” para él.
García agradeció la acogida que les había dado Daimiel, pues desde el jueves han estado en la localidad uniendo turismo de naturaleza con la visita a las diferentes casas de hermandad de las cofradías daimieleñas, entre otros lugares significativos.
El sonido envolvió Santa María
Un recital que llamó la atención no sólo por la delicadeza y entrega de sus intérpretes, sino también por su colocación en el templo, ya que en algunas piezas el coro rodeó los bancos hasta la mitad de la iglesia o separó a sus solistas al final de la iglesia para lograr que el sonido reverberara con un halo especial por cualquier rincón de Santa María.
Casi una hora de música vocal en la que predominaron antífonas marianas como el ‘Alma redemptoris mater’ o el ‘Salve regina’, el cual interpretaron en tres adaptaciones diferentes. Un concierto en el que homenajearon a la figura del compositor catalán Pau Casals, que falleció el mismo año en el que se gestó esta agrupación y del que ofrecieron una obra con órgano como ‘Oració a la Verge’ y ‘Recordare Virgo Mater’.
Repertorio
Los anfitriones y organizadores de esta cita musical, el coro de cámara Laminium, pusieron el colofón a la noche con un repertorio que abarcó diferentes himnos y plegarias musicales desde el siglo XVI, con ‘Non nobis domine’, hasta llegar a piezas más contemporáneas del XX como “Down to the river to pray” de P. Lawson.
Un evento en el que estuvo presente el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, junto a varios miembros de la Corporación Municipal; y que probablemente, como adelantó en la presentación el sacerdote, Luis Eduardo Molina, logró que la belleza de la pluralidad de voces llegara del oído al corazón de los asistentes