Los cuatro acusados –hasta el miércoles cinco- de no socorrer a un albañil de 30 años que murió casi de forma fulminante tras sufrir una caída cuando trabajaba en una finca de Puebla de Don Rodrigo, en noviembre de 2014, respiran aliviados tras escuchar el veredicto absolutorio del jurado que ha juzgado el caso esta semana en la Audiencia de Ciudad Real.
Gregorio Sánchez, el contratista de la obra, jefe del fallecido Máximo Galindo, y tío de su novia, lleva en boca de todos en el pueblo de ambos, Valenzuela de Calatrava, desde su muerte repentina por una cardiopatía grave que nadie sabía que padecía, y espera que el veredicto acalle los comentarios. “No siempre que hay un muerto hay un culpable, es lamentable que siendo familia se haya llegado a esta situación”, afirma Gema Cabanes, abogada de Gregorio.
“Se ha hecho daño”
“Todo lo que pasó fue muy desagradable, el resultado fue el que fue. Gregorio llevó a Máximo a que recibiera atención médica por lo que parecía una brecha en la cabeza nada más. Se ha hecho daño, juzgando además el auxilio que estaba bien hecho, según ha considerado el jurado”, explica en declaraciones Lanza al final de la lectura del veredicto, este viernes a media mañana en la sección segunda de la Audiencia.
Los padres de Máximo, representados por el abogado Francisco Muñoz Usano, la única acusación en este proceso –la fiscalía no acusaba-, también están “satisfechos en las formas” por el desarrollo técnico del juicio. “El único deseo de esta familia que era que el caso se esclareciera ante un tribunal y no se archivase se ha conseguido”, afirma el letrado.
“Se crearon dudas”
El abogado defensor entiende que “si desde el principio no se hubieran creado esas dudas [los acusados dijeron que Máximo se accidentó cogiendo setas] no hubiéramos llegado hasta el final.
La acusación no sabe si recurrirá
Esta parte no ha decidido aún si recurrirá (podría hacerlo ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha), esperará a ver los pormenores de la sentencia que redactará en breve el magistrado Ignacio Escribano, presidente de la sección segunda de la Audiencia de Ciudad Real y de este jurado.