Las masas de agua subterráneas de las que se surten para el regadío los campos de Calatrava y Montiel acaban de entrar en la rueda de las sobreexplotadas en el Alto Guadiana, lo que implica que tendrán que fijar por primera vez regímenes de extracciones, similares a los que rigen desde hace treinta años en las masas Mancha Occidental I y II, que se asientan sobre el grueso del antiguo acuífero 23.
Los programas de actuación que regulan esta y otras medidas para conseguir la sostenibilidad de las masas aguas y los ecosistemas asociados (que se extraiga agua según la capacidad de recarga natural) se han aprobado este lunes en una junta de gobierno telemática.
Las medidas implican también normas administrativas para la gestión, prescripciones sobre la instalación y comprobación de caudalímetros, así como la delimitación de perímetros de protección y condiciones de usos de agua.
Ocho masas de agua sobreexplotadas
Con estos programas el Campo de Calatrava y el Campo de Montiel se suman a los que ya existen en las otras seis masas de agua declaradas sobreexplotadas en el Alto Guadiana, que además de Mancha Occidental I y II, incluyen Rus-Valdelobos, Consuegra-Villacañas, Lillo-Quintanar y Sierra de Altomira. En todas ellas se fijarán entre esta semana y la siguiente el régimen de extracciones para la campaña una campaña 2021 que no podrá ser normal.
“Nos tememos lo peor”
“Nos tememos lo peor”, señala Nieves Molina, presidenta de la comunidad de usuarios de la masa de aguas subterráneas Campo de Calatrava. Por el momento no saben qué limitaciones propondrá la Confederación del Guadiana, y no terminan de estar de acuerdo en que sea necesario en este caso.
“Nosotros somos unos 9.000 usuarios, la gran mayoría son pequeñas explotaciones con pozos de poca capacidad, casas de campo y casas de labradío, nuestra masa no está tan sobreexplotada como las grandes”, reitera Molina, que asegura que los pozos del Campo de Calatrava “ya están muy limitados, y los que tienen concesiones mayores son para el cultivo de herbáceos”. Estos últimos pueden ser los grandes perjudicados, “con lo mal que están los precios y tener que planificar con antelación qué vas a plantar será complicado; es posible, por poner un ejemplo, que en vez poder regar cinco hectáreas solo se podrán sembrar dos, y eso será ruinoso para muchas familias”, anticipa.
No obstante el régimen de extracciones del Campo de Calatrava de discutirá en una junta de explotación a celebrar el próximo 3 de diciembre en la que los usuarios por un lado y las administraciones por otro harán sus propuestas, que se elevarán a la junta de gobierno de diciembre.
Masas “pequeñas” de entre 22.200 y 9.300 ha
La comunidad de usuarios de aguas subterráneas del Campo de Calatrava cuenta con 22.200 hectáreas distribuidas por una treintena de pueblos de la provincia de Ciudad Real con una población cercana a los 250.000 habitantes. Campo de Montiel es la masa más pequeña, dispone de unas 9.300 hectáreas de regadío que se distribuyen por una veintena de municipios de las provincias de Albacete y Ciudad Real con una población cercana a los 130.000 habitantes.
Sequía: la escasez predomina un año más
En la junta de gobierno de este lunes la Confederación Hidrográfica ha informado de la situación de sequía según lo establecido en el Plan Especial de Sequía y las noticias no son buenas.
Noviembre acaba con cuatro sistemas hídricos del Alto Guadiana en situación de “emergencia” (Mancha Occidental, Jabalón-Azuer, Gasset-Torre de Abraham y Vicario), frente a tres el año año anterior por estas fechas. Los embalses están a menos de un cuarto de su capacidad (21%), peor que el año pasado (25%) y mucho peor que en 2018 (43%).
El descenso de las precipitaciones en los últimos años, en especial en este último año hidrológico 2019-20, afecta a la falta de agua para atender las demandas, pero en lo que se refiere a la sequía ambiental la situación es de “no sequía prolongada”, informa la CHG en un comunicado.