La siembra de cereales de invierno ya se ha iniciado en algunos puntos de la provincia de Ciudad Real, a la espera de su generalización los próximos días en las comarcas de tradición más productiva, en una campaña en la que tendrán más presencia las leguminosas (guisantes, colza, o berza), gracias a la rotación de cultivos.
Las plantas herbáceas se extenderán, según las fuentes consultadas, en una superficie conjunta similar a la de 2107, de más de 1,3 millones de hectáreas en Castilla-La Mancha, de las que cerca de 290.000 ha se cultivarán en la provincia de Ciudad Real.
La sementera de trigo y cebada, según Ramón López Hervás, portavoz de la sectorial de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha, estará más adelantada en las provincias de Toledo y Ciudad Real, respecto a Albacete, que le irá a la zaga “algunos días después”, mientras que en Cuenca y Guadalajara empezarán dentro de dos semanas.
Las lluvias han favorecido el estado del suelo, con una mejor cobertera, a pesar de la falta de agua en algunas zonas “todavía muy secas”. Con todo, el escenario es “mejor que el año pasado”, y está permitiendo el laboreo -arado y abonado- de planificación del cultivo.
Por tipologías de herbáceos, la superficie de girasol disminuirá en más de un 60% porque “es ruinoso”, y aumentará la de leguminosas (yeros, guisantes o berza) en detrimento de los barbechos.
Los precios, por su parte, están repuntando ligeramente, según López Hervás, debido al dinamismo del mercado, gracias a las salidas de grano desde las cooperativas. “Cumplimos la función de abastecer”, ha subrayado, frente a los fondos que guardan agricultores particulares que “retienen la mercancía” a la espera de mejores cotizaciones.
Momento idóneo
En la misma sintonía se ha expresado el técnico de cultivos herbáceos de la organización cooperativa, Esteban Esquinas, quien ha sostenido que son “momentos idóneos” para planificar la campaña y trabajar en unos terrenos con más humedad.
Los primeros en iniciar la siembra, ha informado, son los ganaderos que dedicarán los pastos al ‘aprovechamiento a diente’ (cuando el ganado pastorea y consume los forrajes obtenidos), mientras que “el grueso de agricultores está haciendo acopio de la simiente”.
De esta manera, los cerealistas están aprovechando el estado del suelo mínimamente nutrido, frente a la sequía que hace un año imperaba en la provincia y la región, y que alargó el inicio de la siembra hasta diciembre.
Esquinas ha apuntado a un nuevo ciclo con expectativas “altas” por parte de los productores, que “se sienten animados” a volver a sembrar ante los grandes volúmenes de la pasada cosecha.
Del total, la cebada es mayoritaria en la región y también en la provincia, seguida del trigo blando y la avena, aunque el segundo pierde fuerza a favor del triticale, un cereal híbrido procedente del cruce entre trigo y centeno “más resistente al frío y cada vez más productivo” al aprovechar las cualidades de las dos variedades.
Ciudad Real alcanzará una extensión cultivada de 286.416 hectáreas y una producción aproximada de 804.194 toneladas, según datos de la Consejería de Agricultura. La estimación de cebada es de 559.284 toneladas, 101.000 t de trigo y 140.410 t de avena, lo cual sitúa a la provincia como el mayor productor de esta variedad de cereal.
Las previsiones de producción de cereales Castilla-La Mancha indican, según la consejería, una cosecha superior a la media de las últimas cinco campañas, pues a pesar de las bajas precipitaciones del pasado otoño, las intensas lluvias de abril, mayo y junio han beneficiado los terrenos agrícolas.
Buenas expectativas
El secretario ejecutivo de Asaja Ciudad Real, Arturo Serrano, ha coincidido en que el cultivo de los cereales se realizará en fincas con más dotación de recursos hídricos que en los últimos años, en algunos puntos hasta más de 30 litros por metro cuadrado.
Así, se ha mostrado optimista, tanto por las expectativas de producción como por la diversidad de herbáceos que siembran por la rotación de la tierra, en la que las leguminosas están ganando peso.
“Cada vez hay, ha comentado Serrano, más oleaginosas y proteaginosas” en el relevo de plantas, con cultivos tan novedosos y alternativos como la camelina y la quinoa.
Todo estos factores se conjugan para que, a su juicio, los precios sigan siendo rentables, a 171 euros la tonelada de cebada, unos beneficios que podrían repuntar “si el mercado español aprovecha” la bajada de cosechas en países tan tradicionales como Rusia, Ucrania, Alemania y Francia, y usa su producción para “autoabastecerse”.
Por su parte, el cerealista ciudarrealeño Pedro Martínez, ha comentado a pie de campo el buen tempero del terreno para empezar a soterrar las semillas.
En su caso, con la colza ya sembrada, está preparando el suelo con basura para iniciar la próxima semana la sementera de triticale, trigo, cebada y guisantes en una superficie conjunta de 800 hectáreas.