Los forenses que firman el informe de imputabilidad de José Manuel Illescas, el presunto asesino machista de su compañera sentimental Dolores Gozas, las navidades de 2020 en Villarrubia de los Ojos, no han apreciado ningún trastorno mental grave que limitara su voluntad de actuar como lo hizo.
“Era consciente de todo lo que estaba pasando”, ha explicado en el juicio la forense del Instituto de Medicina Legal de Ciudad Real Elena Baena, que lo examinó dos meses después del crimen de Gozas, una viuda de 50 años con dos hijos, uno de ellos menor.
Le dijo al médico que estaba mejor de ánimo
La perito, que ha estudiado todo su historial clínico, lo encontró “lúcido, abordable y cooperador” en el momento de la entrevista. De sus antecedentes psíquicos solo queda acreditado que en diciembre de 2020 estaba de baja laboral por un cuadro ansioso-depresivo leve, según la experta y tomaba ansiolíticos, “sin llegar a depresión mayor”. Es más, Baena ha explicado que unos días antes lo vieron en su centro de salud y dijo que se encontraba mejor de ánimo.
De la supuesta adicción al alcohol y las drogas los datos son de referencia, tanto en su historial médico, como las explicaciones que dio a los forenses. Al parecer ha recurrido a las sustancias en épocas de crisis personales, cuando murió su mujer y por problemas laborales.
A la forense le contó lo mismo que ha declarado en el juicio, que el 27 de diciembre tomó mucho alcohol y cocaína, y que no se acordaba de nada. Pero esto está acreditado, “no se le hizo ningún examen médico” (los guardias que lo detuvieron contaron que él mismo lo rechazo y no lo vieron necesario porque estaba tranquilo).
Illescas nunca se ha sometido a programas de deshabituación y solo ha quedado acreditado, por un estudio del cabello, que cuando mató a su pareja consumía cocaína. No obstante y según la forense, un consumo habitual de alcohol y drogas hace más tolerante al organismo a esas sustancias, y tendría menos incidencia en el comportamiento.
Que alguien con una depresión grave tuviera la energía suficiente para atacar por sorpresa y degollar presuntamente a su pareja, tampoco tiene mucho sentido con ese problema psíquico, “cuando tienes depresión estás apático, no tienes ganas de nada”, ha contado.
Un ataque “sorpresivo” y “brutal”
Del crimen de Dolores Gozas, fallecida por un “shock herrorrágico brutal”, como consecuencia de un corte en el cuello con un arma blanca afilada que le cortó la arteria carótida, los forenses han contado que fue “sorpresivo”. La víctima solo tenía la herida mortal en el cuello, unos hematomas leves anteriores a la muerte (uno de ellos la marca de un mordisco) y ninguna herida de defensa, lo que según los especialistas en medicina legal quiere decir que ni vio a su agresor. La muerte por pérdida de sangre también fue rápida, han relatado.

De espaldas para no mirar las fotos de la autopsia
Illescas, que ha permanecido de espaldas a la pantalla en la que se han exhibido imágenes de la fallecida y otras fotografías importantes para ilustrar al jurado del caso, tendrá que seguir esta tarde escuchando a más peritos.
La previsión es que el juicio que de vista para objeto de veredicto mañana jueves, jornada en la que está previsto que fiscalía y abogados hagan sus alegatos finales del caso.
Casi 27 años de cárcel o prisión permanente
Illescas se enfrenta a una grave acusación de asesinato con la agravante de parentesco y discriminación por género, y estafa, delitos por los que fiscalía y acusación popular piden 26 años y nueve meses de cárcel. La acusación particular que ejerce la madre y dos hermanas de la víctima reclama prisión permanente revisable por primera vez en un caso en Ciudad Real.
La víctima 43 de los asesinatos machistas de 2020
Dolores Gozas, natural de Puertollano, fue la víctima número cuarenta y tres de la violencia machista en España en el año del confinamiento, 2020, especialmente duro en Ciudad Real. Dos mujeres más fueron asesinadas por sus parejas, y una cuarta en Valdepeñas fue víctima del hombre al que asistía en casa, que la mató y luego se suicidó.