Una veintena de hosteleros de la provincia, encabezados por el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real, Pepe Crespo, han protestado este martes, en el marco de una convocatoria nacional, contra la falta de ayudas directas al sector, uno de los más golpeados por la pandemia, y de manera concreta contra los códigos QR implantados en la región por la administración para monitorizar los posibles contagios en sus establecimientos.
A las puertas de la Subdelegación del Gobierno en la capital ciudarrealeña han roto varios platos contra el suelo para visibilizar las pérdidas de facturación y de plantillas, y para reclamar “apoyos efectivos”, así como para exigir la apertura inmediata de toda la hostelería, y la exención de impuestos en los periodos de cierre.
También han instado a aligerar el plan de vacunación para garantizar la inoculación del 70% de la población en verano, a bajar el IVA al 5% hasta finales de 2022 o a ampliar los Ertes durante todo el año 2021, con la eliminación de la cláusula que les obliga a mantener el empleo.

Los hosteleros se sienten, según Crespo, criminalizados por las administraciones con cierres y restricciones, y son casi los únicos acreedores que “estamos pagando los platos rotos”.
Entre lemas como ‘La hostelería no es el virus’, ‘Un año pagando los platos rotos’, ‘Salvemos la hostelería’, ‘Queremos trabajar’, ‘No más cierres injustos’, ‘Por una reapertura justa’, ‘Todas las actividades que dependen de familias son esenciales’ o ‘No se pueden exigir impuestos si prohíben tener ingresos’, Crespo ha denunciado que “nos maltraten de esta manera” porque “nuestras familias también necesitan de la entrada de dinero y de alimentos”.
De igual modo, “tenemos derecho al trabajo como cualquier otro sector, máxime cuando no se ha demostrado, ni siquiera científicamente, que seamos fuentes de contagio por encima de la media”, ha afirmado.
El también presidente de los hosteleros de Castilla-La Mancha, ha agradecido la apertura en un 30% de la actividad del sector desde el pasado viernes, si bien, ha sostenido, “es muy insuficiente para poder trabajar, levantar una persiana y afrontar los gastos de una empresa o de un autónomo”.

El horario sigue “alicortado”, ha denunciado, hasta las 21 horas, así como pedido “soluciones” a la imposibilidad de trabajar por la noche y al cierre de los locales de ocio nocturno -el toque de queda es a las 22 horas-.
Código QR: “Nos ha caído como un jarro de agua fría”
A la situación extrema del sector se ha sumado, ha subrayado su máximo portavoz, el código QR, “que nos ha caído como un jarro de agua fría”, pues se trata de aplicación que “no es como se nos vendió”, supuestamente “bondadosa y positiva”.
A su juicio, “es muy inviable” por el “desacuerdo” de la propia población, así como “tampoco tenemos claro si jurídicamente podemos imponer esa obligación a nuestros clientes y mucho menos actuar como policías”.

Para evitar esta situación, “habría que llegar a un acuerdo y habilitar el código en otros términos” y que fuera una decisión voluntaria por el cliente.
Crespo también ha visto “más justo” que su aplicación “se extienda a todos los establecimientos de pública concurrencia”, ante la dificultad de determinar dóndese ha contagiado un nuevo positivo.
“Es una gran intranquilidad y nos lo tienen que aclarar”, ha indicado.
Respecto a la posibilidad de acudir a los tribunales, tal y como ha hecho la Asociación de Hosteleros de Alcázar de San Juan, Crespo ha dicho que la protesta “es la antesala” de judicializar el asunto, aunque antes esperan reunirse con varios consejeros, a los que la entidad profesional ya ha solicitado una reunión.
“Primero hay que agotar esta vía” y, “si nos lo imponen de manera obligatoria, lo llevaremos a debate en el seno de la junta directiva regional”.

Crespo ha reiterado la criminalización que sufre el sector, frente a otros “paralelos” en cuanto a “fuente o riesgo de contagios”.
Tanto es así que “un sector tranquilo como el nuestro, ha salido a la calle” con las manifestaciones que están protagonizando cada martes a nivel nacional y que seguirán porque “no acabamos de llegar a los acuerdos que nos den satisfacción para seguir trabajando”.
En ese sentido, ha reconocido el “esfuerzo” de la Junta para compensar a los hosteleros, mientras que ha apelado al Gobierno central a que haga “un reparto justo” entre las regiones y sus sectores de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos para la recuperación.

“No somos los únicos que tenemos problemas”, pero “estamos muy criminalizados y muy olvidados poniéndonos palos en las ruedas”, frente a “otros gremios con menos restricciones y que económicamente van mejor”, ha dicho antes de emplazar a los medios al próximo 23 de febrero.
Crespo ha sido el primero en romper un plato segundos después de gritar “queremos viva la hostelería”, así como otros compañeros lo han emulado tras señalar “no somos el problema”, “basta ya de criminalizarnos” o “por la apertura del ocio nocturno ya”.
Previamente, se ha guardado un minuto de silencio por varios profesionales que se han suicidido y por la huelga de hambre que ha seguido Alfonso Beltrán, un hostelero toledano de Torrijos.