Más de ciento veinte hosteleros ciudarraleños salieron de las barras, cocinas y terrazas de sus establecimientos para reunirse este lunes ante la Subdelegación de Gobierno y reclamar que no se descuelgue a este sector de la prolongación de los ERTEs y que se concedan ayudas directas, así como que no se “criminalice” a esta actividad productiva.
Lo más inmediato, ya que cumple el 30 de septiembre, es la prolongación de los ERTEs para salvar a muchos negocios que “están sin trabajo” o con unas ventas “muy mermadas”, comentó el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, José Crespo, que destacó cómo en otros países como Alemania se han renovado a todos los sectores durante 15 meses más, hasta el 31 de diciembre de 2021.
“Lo razonable” sería prolongarlos hasta Semana Santa, ahora se está hablando de una renovación de al menos hasta el 31 de enero, lo que daría tiempo para ver cómo evoluciona la situación y renegociar unas medidas que actualmente son “muy necesarias” para ayudar a unas 20.000 empresas que se irán a pique “si no actuamos de esta manera”, expuso Crespo, que también resaltó la necesidad de ayudas a fondo perdido al sector ya que los créditos ICO han sido un flotador, pero “en medio del océano”.
Han venido “muy bien” pero no dejan de ser préstamos que “a bien pronto empiezan a tenerse que amortizar”, y ahora necesitamos llegar a la playa, pisar tierra, alcanzar “el sitio donde queremos ir”, que es mantener la actividad productiva ya que, lo que “pensábamos que iba a ser como para dos meses, vemos que se va alargar mucho en el tiempo y necesitamos una garantía para aguantar este año como podamos para estar preparados para el año que viene si esto ha cambiado y poder estar en una posición de buena competitividad”.
“Muchos establecimientos en barrios, plazas y ciudades están funcionando gracias a los clientes” pero, pese a que Ciudad Real no es una provincia en la que tenga tanta influencia el turismo como en otras como Toledo o Cuenca, sin hablar de las de la costa, hay “una merma globalizada de la facturación por encima del 40 por ciento”, al faltar múltiples actividades como ferias, fiestas, bodas y eventos importantes.
La situación generada por la pandemia es una realidad que nos ha afectado a todos pero que “nos golpea muy especialmente a la hostelería”, agregó Crespo, que apreció que hay pequeños segmentos que “están funcionando bien como el turismo rural, que quizás este año se ha reforzado”, pero son datos que “no palían para nada las grandes caídas de ventas” en el conjunto de establecimientos.
Así mismo, Crespo señaló que “se ha demostrado que desde que nos limitan el horario no se ha conseguido bajar los contagios”. En las discotecas y establecimientos de ocio nocturno no se hace otra cosa que “al menos controlar” que se cumplen las medidas de seguridad, mientras que en “las reuniones clandestinas no hay control y es donde está el peligro”, ya que, “según datos de Sanidad, en Castilla-La Mancha el 47 por ciento de los contagios vienen de barbacoas familiares y botellones particulares”. No obstante, “sentimos que nos tratan como culpables siendo un sitio más donde hay un riesgo, como lo hay en la calle”.
Lemas como ‘Soy hostelero, no bandolero’, ‘Si ayudaste al banquero, ayuda al hostelero’ y ‘Salvad la hostelería, no más tonterías’ fueron coreados durante la concentración.