Belén Rodríguez
Ciudad Real
La mediación, el proceso por el que dos o más partes acuden voluntaria y de mutuo acuerdo a un tercero, objetivo e independiente, para que les ayude a resolver un conflicto, acaba de dar sus primeros pasos en la provincia, aunque sólo en el ámbito intrajudicial.
Los juzgados ya han derivado siete posibles casos mediables (todos del ámbito civil) al turno de mediadores establecido en la Audiencia el pasado otoño (la primera sesión es informativa), y se han firmado tres actas de mediación, aunque en el ámbito privado cuesta más que la gente acuda por libre a alguno de los mediadores titulados que existen en la provincia.
“La verdad es que seguimos dándonos a conocer, nos llaman para dar charlas en colegios y hemos hecho alguna actividad con el Ayuntamiento de Ciudad Real, pero cuesta que la gente entienda que una mediación es tan válida como una demanda para resolver un conflicto, más barata y más rápida”, explica Leo Castellanos, vicepresidente de Media T (Asociación Manchega para la Mediación y Resolución de Conflictos), la más potente en la provincia, surgida del primer curso oficial de mediadores impartido por la Universidad de Castilla-La Mancha y la Cámara de Comercio (van por la tercera promoción).
Con una ley regional muy reciente y buena voluntad de que darse a conocer, Media T ha celebrado unas jornadas con motivo del Día Europeo de la Mediación que se celebra este sábado para insistir en las posibilidades de esta fórmula. En la jornada ha colaborado la Facultad de Derecho de la Universidad regional, en concreto el director del Instituto de Resolución de Conflictos Juan Ramón de Páramo, y las magistradas Almudena Buzón, coordinadora de la mediación intrajudicial, y María Jesús Alarcón, presidenta de la Audiencia Provincial y firme defensora de esta apuesta para descolapsar los juzgados, eliminando de la programación de juicios y vistas asuntos de poca relevancia del ámbito civil, aunque en realidad la mediación está pensada para todo tipo de conflictos (excepto en los casos graves penales), siempre que las partes acepten de buen grado el acuerdo al que lleguen con el mediador.
“Se pueden resolver conflictos sin necesidad de ir a pleito”, insiste Castellanos, cuya asociación sigue trabajando para lograr una visibilidad social que se les resiste en un país latino de pleitos y querellas.
En estos momentos están muy centrados en darse a conocer en los colegios, con talleres para jóvenes, además están elaborando una página web y empiezan a tener más presencia en las redes sociales. De hecho la creación de la asociación, a la que pertenecen una veintena de mediadores titulados, es una forma de hacer más fuerza y conseguir despertar el interés de las administraciones, en cuyo seno el trabajo de los mediadores podría tener mucho sentido.