Los regantes de aguas procedentes de embalses en la provincia de Ciudad Real están muy preocupados por las dotaciones autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para la presente campaña, con reducciones en las comunidades de usuarios de entre un 10 % y un 50%, pues son, aseguran, “claramente insuficientes” para regar sus explotaciones. “Es brutal” para la actividad económica que desarrollan en los entornos de los pantanos de la Torre de Abraham, Vicario, Gasset y Peñarroya porque “hace inviable los cultivos”. El día 21 acudirán a la junta de desembalse y tendrán la oportunidad de hablar con los responsables de la CHG sobre las dotaciones que este órgano les adelantó hace unos días y que podrían haber sido más drásticas si hubieran seguido las advertencias de los técnicos por la delicada situación de las reservas a primeros de año -por debajo del 40%-. Afortunadamente, las últimas lluvias han mejorado los niveles.
J. Y.
Ciudad Real
Se han cumplido las previsiones calculadas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para un escenario de escasas lluvias en la transición del invierno a la primavera, coincidiendo con el cuarto año de sequía, tal y como advirtieron sus dirigentes.
Según señalaron a principios de este 2017 en un comunicado las previsiones que dieron a los regantes “eran las más prudentes” y correspondían “a aportaciones de la media de los dos años más secos”, con la esperanza de mejora de la meteorología y con el convencimiento de que los abastecimientos vinculados a los cuatro embalses para riego de la provincia “quedaban asegurados para los dos próximos años”.
En base a esta política, han autorizado reducciones de cerca del 50% en los consumos de los embalses de Peñarroya y Gasset, mientras que en el caso del pantano de la Torre de Abraham las limitaciones han sido más moderadas y han alcanzado el 10 por ciento.
Los regantes más perjudicados han sido los del embalse de El Vicario, con bajadas en sus concesiones muy por debajo de lo estimado y llegan hasta el 70%, según los comuneros, ya que no sólo han autorizado la mitad de los 11 hectómetros cúbicos (5,5 hm3) consumidos el año pasado, sino que ha aumentado la superficie regable en un 40%, según el secretario de la comunidad de regantes, Pablo Arévalo.
El portavoz de una de las dos comunidades de regantes que han renovado recientemente la presidencia, en este caso es Narciso Ruiz, se queja de que el medio centenar de regantes de los 800 usuarios integrados no alcancen las dotaciones necesarias, con 2.500 metros cúbicos por hectárea cuando el año pasado el promedio era de más de 8.000 m3.
Por tanto, en la reunión del próximo martes analizarán con los responsables de la confederación “la hoja de ruta que nos han marcado”, dado que aún con posibilidades de ampliar el volumen de aportaciones, “se quedarían en reserva para el año que viene”.
Arévalo subrayó, en este sentido, la inquietud de los regantes ante “la complicada situación” de muchos cultivos de cebolla y ajo ya sembrados, cuyas perspectivas de negocio “se están viniendo abajo”.
También valoró “la transparencia” de la junta directiva de esta pequeña mancomunidad a la hora de informar y “fijar posiciones” ante las pretensiones de riego en las explotaciones de alfalfa (mayoritarias en la comunidad), maiz, tomate, cebollas y cereal.
Igualmente, destacó las medidas de ahorro planteadas para economizar el agua y regar de manera eficiente, a través de sistemas de sondas y sensores de humedad, una vez han alcanzado un buen nivel en la organización de riego entre los comuneros.
Con todo, Arévalo mostró su intranquilidad ante el escaso volumen de las captaciones superficiales, pues “siempre tenemos cuenta el estado del embalse”, y lamentó que los regantes no puedan aprovechar otras cuotas del pantano -actualmente con entradas de 450 litros por segundo- por las reservas dotacionales para leñosos y por la cantidad dirigida a mantener el caudal ecológico del río Guadiana.
Así, la posibilidad de aumentar sus dotaciones cambiaría la perspectiva a muchos agricultores, que verían reducido “el gran impacto económico”, y “podrían salvar los cultivos plurianuales”.
Media de 5.000m3
Por su parte, María del Mar Rodríguez Illán, que desde primeros de mes sustituye a Modesto Mellado al frente de la comunidad de regantes del embalse de Torre de Abraham, apuntó una bajada menos sensible en las dotaciones para los 5.500 hectáreas dependientes de esta presa, ubicada al noroeste de la provincia.
En la presente campaña podrán utilizar una media de 5.000 m3 por hectárea, “poco menos que los asignados el año pasado”, ya que en 2016 fueron 5.500 m3 y 6.000 m3 en años precedentes.
Lo que sí tendrán que afrontar los titulares de estas explotaciones agrarias son “muchas deudas” por las obras que han realizado y que han asumido los comuneros, como “la reforma de la tubería” y otras de mantenimiento del canal.
Son cantidades millonarias, la última les costó 1,5 millones para mejorar infraestructuras de “ahorro de energía” en las torres donde tienen los motores de bombeo.
De esta manera, con las obras para conectar la tubería general del trasvase al Gasset y la estación de bombeo del pantano, notarán de manera significativa una reducción del gasto en electricidad y una reducción de CO2.
Rodríguez dijo que ante los recortes sucesivos de las dotaciones y tras la autorregulación propuesta por la CHG el pasado año, “sembramos menos terrenos”, pero “la deuda sigue”.
La superficie de esta mancomunidad de riego se distribuye entre cultivos de maíz, brócoli, cebollas, cereal y olivo en los términos de Porzuna, El Robledo, Pueblo Nuevo del Bullaque y Alcoba de los Montes.
La propia Rodríguez, agricultora “de toda la vida” junto a su marido, está al frente de una explotación de 60 hectáreas de maiz “y necesito el agua”, por lo que espera que “no nos quiten más” dentro de las políticas dotacionales a la baja.
Un 45% menos
Más dramática es la situación de los 2.220 regantes vinculados al pantano de Peñarroya, al noreste del mapa ciudarrealeño, con una reducción de más del 45%, al haber sido adjudicados 12,6 hectómetros cúbicos de concesión, frente a los 23 consumidos en la campaña anterior.
“Estamos fatal” ante un volumen que” hace inviable nuestros cultivos”, indicó Bernabé Ruiz, presidente de esta Comunidad de Regantes, que también recordó los “fuertes” pagos a los que tienen que hacer frente los productores tras las inversiones de 37 millones de euros realizadas en 2010, que les ha permitido ahorros de agua más del 30%. “La Comunidad Europea nos financió 16 millones y los comuneros tenemos que pagar los otros 21”,, indicó.
Los más de 2.000 usuarios de esta comunidad suman una superficie regada de 7.842 hectáreas, de las que un 30% es vid, y el resto de cereales, hortícolas -cebollas, pimientos, ajos-, y frutas como la sandía y el melón.
También recordó que esos regantes manchegos de Tomelloso y Argamasilla de Alba están optando por otros leñosos con menos necesidades de agua como el almendro, con alrededor de medio millar de hectáreas.
En concreto, tendrán una dotación de 1.500 m3 por hectárea.
Las obras de modernización de la zona regable del Estrecho de Peñarroya han supuesto un cambio del sistema de riego tradicional por gravedad (mediante acequias de hormigón) a otro más moderno con conducciones cerradas mediante riego a presión, y han supuesto “la mejora de las explotaciones agrarias y un importante ahorro de costes de agua y energía”, además “del beneficio social al estar la zona anexa al Acuífero de La Mancha Occidental declarado sobreexplotado”, señala la comunidad de regantes.
Un plan con ayudas «insuficientes»
J. Y.
Ciudad Real
El director general de Desarrollo Rural de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Javier Carmona, destacó “la puesta en marcha del plan de regadíos por parte del gobierno regional que permitirá a los agricultores hacer un mejor uso del agua y un reparto más equitativo”.
En declaraciones a Lanza, Carmona recordo que el plan forma parte de una de las prioridades de las políticas del departamento que dirige Francisco Martínez Arroyo para este 2017 y así “potenciar las infraestructuras para riegos y hacer más eficiente el uso del agua”, teniendo en cuenta que “es un recurso escaso pero muy importante para la actividad económica agrícola”.
Aseguró que la convocatoria, dentro del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Castilla-La Mancha, se publicará la próxima primavera, tendrá una dotación de 31,5 milones de euros, y va dirigida a las 168 comunidades de regantes y a las sociedades agrarias de transformación, con el fin de que puedan solicitar ayudas para hacer inversiones y obras de mejora y modernización del riego de interés común.
Carmona puso en valor el “esfuerzo” de la consejería, al haber aumentado en más de un 50% la dotación de esta orden, por el compromiso que tiene “con la agricultura y el medio rural”.
También valoró los criterios necesarios para acceder a las ayudas y que tienen carácter transversal en los territorios, según el propio PDR, como son la priorización a los jóvenes agricultures, a los profesionales, a las mujeres y a las zonas más desfavorecidas
Dijo que el procedimiento de estas subvenciones se tramitará en régimen de concurrencia competitiva, con “dos grandes vertientes”, como es la transformación de terrenos actualmente estén es secano “con sistemas eficientes para hacer un manejo eficiente del agua”, y la modernización de regadíos.
Carmona reiteró el interés de la Junta en los regadíos sociales para ”que se beneficien el mayor número de agricultores” y en la diversificación de cultivos.
El propio consejero de Agricultura se refirió a este plan hace unos días y aseguró que beneficiará sobre todo al regadío social “para que se reparta la riqueza”.
Pocos recursos
De su lado, los portavoces de las comunidades de regantes de embalses de la provincia mostraron de acuerdo con que se promuevan los proyectos para el ahorro del agua, pero cuestionaron “la escasa dotación”.
Bernabé Ruiz comentó que “es una migaja” porque 31,5 millones “para toda la comunidad es muy poco dinero”.
Señaló que además de las deudas pendientes por otras obras, su comunidad tenía en proyecto hacer una inversión de 40 millones para soterrar las tuberías desde el embalse. “No llega, es muy escaso”.
De su lado, María del Mar Rodríguez Illán dijo que se han planteado optar a estas subvenciones pero “somos muchos y el dinero que hay es corto”. “Miraremos la convocatoria”, apuntó.