Aunque el desempleo ha bajado en más de 6.700 personas en los últimos tres años en la provincia de Ciudad Real, tras cerrar enero con 65.845 parados (2012 se inició con 72.573), la ocupación muestra unos resultados contrarios, con unos niveles de afiliación a la Seguridad Social menores a los de hace tres años y una pérdida de 16.221 afiliados (hasta los 145.293). Por ello, coincidiendo con el tercer aniversario de la reforma laboral, sindicatos y patronal valoran de manera contraria la medida, cuyo impacto, según las fuerzas sociales, ha sido negativo en los niveles de empleo, mientras que los empresarios achacan a la reforma la supervivencia de muchos autónomos y pymes de la provincia.
J. Y.
Ciudad Real
“La reforma laboral ha hecho aumentar los despidos porque es más fácil y más barato”, aseguró este lunes a Lanza Juan Jiménez, secretario territorial de UGT en Ciudad Real.
Tras reconocer que hay menos ciudarrealeños parados, apuntó al retroceso en los niveles de ocupación que a comienzos de 2012. Además, “el poco empleo que se ha generado ha sido con el 96% de los contratos en precario, y con cerca del 40% a tiempo parcial”, precisó.
“Precariedad y parcialidad” protagonizan, a su juicio, el escenario laboral de la provincia ciudarrealeña, “con una situación en la que muchas personas que están trabajando tienen que ser ayudadas por su familia para poder sobrevivir”.
“La reforma laboral (fue aprobada el 10 de febrero de 2012) es lo peor que le ha ocurrido a la clase trabajadora desde que llegó la democracia”, sentenció al argumentar que los asalariados “están en manos de los empresarios”.
“En la negociación colectiva tiene el poder la patronal y está incidiendo en aspectos sociales”, denunció, al ser los efectos “más dramáticos de una medida que cambió todo el mercado de trabajo.
“Casi lo menos malo son los días por despido”, dijo, ya que “lo peor de la reforma es que ha cambiado el empleo estable por precario”, al haberse limitado el derecho a la negociación colectiva.
“Ya no es sólo que no haya subidas, sino otros temas como la incapacidad temporal y otros aspectos sociales que no quieren negociar cuando se acaban los convenios, al apelar al Estatuto de los Trabajadores”, explicó, por lo que anunció que probablemente el sindicato organice junto a CCOO alguna movilización con delegados sindicales para denunciar esta situación.
Servir al capital
El secretario de CCOO en Ciudad Real, José Manuel Muñoz, no fue más positivo y sostuvo que la reforma “no tenía el fin de crear más empleo, sino que al igual que otras muchas reformas de este gobierno con la excusa de la crisis, buscaba seguir sirviendo al capital, cambiar un modelo que hasta entonces tenía como objetivo seguir la senda de a cohesión social, y pasar a un nuevo modelo social en el que parte de la población no puede seguir viviendo con dignidad como lo hacían hasta hace no mucho tiempo”.
A su juicio, la reforma abarató y facilitó el despido, al eliminar los contratos con despido de 45 días por año trabajado y permitió a las empresas despedir con 20 días por año trabajado (y un tope de 12 mensualidades) y por un amplio abanico de causas económicas.
“Las empresas tienen todas las facilidades para imponer este despido, y son los trabajadores los que tienen que recurrirlo judicialmente y pelear la indemnización de 33 días si consideran que este no estaba justificado por alguna causa económica o de la producción”, incidió, a la vez que recordó que “las empresas ya no necesitan autorización laboral para llevar a cabo expedientes de regulación de empleo (ERE), que tienen que negociar con los trabajadores”.
Por otro lado, para Muñoz la reforma entra de lleno en la negociación colectiva, “dando todo el poder al empresario para modificar las condiciones laborales unilateralmente y acabando con la llamada ultraactividad, que garantizaba la vigencia de los convenios y que ahora está limitada temporalmente si empresa y trabajadores no llegan a un acuerdo sobre su renovación”.
“Se ha observado cierto parón en la negociación colectiva, agregó, y es algo que se materializará en el aumento de la conflictividad, en algunos sectores más que en otros. La concertación social, bien a gran escala o bien en el ámbito micro de las empresas, ha tenido la virtud de generar un clima de paz social bastante extendido, pero podríamos estar en el inicio de un cambio importante”.
Aseguró, que la reforma laboral “ha destruido miles de puestos de trabajo estables, para después crear empleo precario, eventual y con jornadas parciales con plena disposición por parte del trabajador”, así como “ha provocado que en este país, tener un puesto de trabajo no permite tener acceso a las necesidades básicas, a vivir con dignidad”.
“Ha sido buena”
Todo lo contrario expresó el presidente de la Federación de Empresarios de Ciudad Real (FECIR), Carlos Marín, quien aseguró que la reforma laboral aprobada hace tres años ha supuesto “la salvación del 90% de las pymes y autónomos de la provincia de Ciudad Real”.
Es más, la medida, aclaró, “se ha quedado corta ante la dura crisis que seguimos viviendo”.
“Los sindicatos no son realistas porque no somos grandes empresas, sino muy pequeñas que miramos a los ojos a los empleados”. Por ello, reivindicó la “flexibilidad que nos han dado para poder seguir adelante”.
Insistió en que los sindicatos “piensan a nivel nacional”, mientras que en la provincia de Ciudad Real “somos pymes y autónomos e intentamos que el empleo sea fijo, pero para ello tenemos que tener una estabilidad”.
Marín se defendió, asimismo de las críticas al recordar “que los sindicatos y las administraciones públicas también han utilizado la reforma para hacer despidos”.
Por último, el portavoz de la patronal ciudarrealeña dijo que “la recuperación económica no ha llegado”, como tampoco llega el acceso al crédito. “Si los bancos hubieran abierto el grifo, se nos habrían acabado todos los problemas”, señaló y recordó el permanente cierre de pequeñas empresas en la provincia por falta de financiación.