Desde este jueves, todo aquel que se acerque por una farmacia podrá adquirir los test de autodiagnóstico para detectar si está contagiado de COVID-19. Unos test que, hasta la fecha, solo se expedían si el interesado acudía a la farmacia con una receta de su médico, aspecto que ya no será necesario después de que este martes el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobara el real decreto por el que se regula la venta al público de los productos de autodiagnóstico.
Unos test que, pese a ponerse a la venta libremente desde este jueves, están llegando con cuentagotas a las farmacias de la provincia de Ciudad Real, debido a la escasez de estos productos y a la alta demanda de la ciudadanía.
La prueba de antígenos, que puede adquirirse en las farmacias a un precio de entre seis y diez euros, lleva como una especie de bastoncillo que se introduce en los orificios nasales (no tanto como en las pruebas PCR), se moja en una solución y se aplica en una placa parecida a la de una prueba de embarazo. Si junto a la letra ‘T’ aparece una raya, el test es positivo.
El resultado de los test de autodiagnóstico de venta libre en farmacias no tiene ningún valor informativo a nivel oficial. El resultado informa a título personal para que el paciente, en caso de ser positivo, se ponga en contacto con su médico y siga el protocolo establecido por las autoridades sanitarias.

Escasez de productos
Pese a que este jueves pueden comercializarse en las farmacias libremente, algunas aún no han recibido ninguno de estos test de autodiagnóstico, aunque esperan que antes de que finalice la semana puedan tener algunas unidades para ofrecérselas a sus clientes. Una de estas farmacias es la del Parque de Gasset, que regenta Rosendo Torres, quien considera «esencial» la venta de este tipo de productos que servirá un poco de ‘cortafuegos’ para mitigar los contagios.
Torres cree que el fácil acceso de los test a la población general tendrá bastante ‘tirón’ porque, al fin y al cabo, «todos estamos interesados en saber si somos positivos o no». «La gente sale a la calle, se va de vacaciones, se junta con familiares y amigos… y es importante saber si estamos infectados o no para no contagiar a nuestros seres queridos», asegura.

«El médico de cabecera tiene que estar detrás»
Otra farmacéutica de la capital, Rosario Romero, que regenta la farmacia Romero, donde sí han recibido ya algunas unidades de los test de autodiagnóstico, considera esencial la «responsabilidad» de la población a la hora de que trasladen a su médico de cabecera el resultado del test, en caso de ser positivo, para que así el SESCAM active los mecanismos para este tipo de casos.
Romero señala que es «muy importante» que la población pueda acceder a este tipo de test de una manera mucho más rápida, especialmente en verano, por los viajes turísticos o los campamentos de verano que realizan los niños y niñas. «Es una manera de ayudar y colaborar con el Sistema Sanitario», asevera.
También se liberaliza la venta de test de anticuerpos
El real decreto aprobado por el Gobierno también contempla la posibilidad de que la ciudadanía, sin receta médica, pueda adquirir los llamados test de anticuerpos, aunque en este caso su precio es más caro, de unos 25 euros, y tan solo te informa de si tienes anticuerpos contra el virus, no de si estás infectado en ese momento. Unos test que los farmacéuticos consideran que tendrá menos tirón, debido a que toda aquella persona que esté vacunada posee de por sí anticuerpos contra el COVID-19.