Cuando se cumplen dos meses de la apertura de la temporada general de caza 2023-2024 en Castilla-La Mancha, desde su apertura el 8 de octubre, hay diferentes resultados en función del tipo de especies. Son favorables para los amantes de la actividad en el caso de las especies mayores, con nutridas poblaciones y buen escenario climático, y más irregulares entre las familias de aves y mamíferos menores.
En este ámbito destaca la delicada situación de la perdiz, que ha provocado la suspensión de su caza antes del cierre de la veda (entre el 8 de octubre y el 8 de febrero) en un acto “de responsabilidad”, ha explicado Agustín Rabadán, presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha.
Se trata de un ejercicio de “autorregulación” por parte de los titulares de todo tipo de cotos donde cría la petirroja silvestre ante la disminución de sus ejemplares por la sequía. La mala reproducción de la primavera ha llevado, según Rabadán, al escenario actual, “muy complicado y difícil”, y a que “la casi la totalidad de los que crían perdiz silvestre cierren en Navidades, sin esperar el final de la orden de vedas”. El objetivo es “preservar a las madres” y garantizar que haya ejemplares para la temporada venidera.
El periodo marcado para abatir a los machos de perdiz con reclamo está marcado en la comunidad castellano-manchega entre el 10 de enero y el 20 de febrero en municipios situados por debajo de los 800 metros de altitud media, y entre el 23 de enero y el 5 de marzo para el resto de municipios.
“Es un ejercicio de responsabilidad y solidaridad”, reitera Rabadán, con el fin de poder mejorar la acusada decadencia de esta ave.
Respecto a los mamíferos menores, el balance en el caso del conejo “es muy irregular” por su drástica bajada de individuos de hasta el 70% en algunas zonas, tanto por el calor, como por la afectación de la Enfermedad Vírica Hemorrágica (RHD). Con todo, en los últimos meses “se está recuperando, y se ven conejas preñadas y gazapos”.
En la misma línea, la liebre “va por zonas”, algunas lastradas por la mixomatosis, con menos abundancia, y otras con más presencia, al haber superado la enfermedad.
En caza mayor, el escenario es más homogéneo, con alta concentración de jabalíes, ciervos, gamos, corzos o muflones. “Va muy bien”, sostiene el máximo portavoz de la organización que reúne a cazadores sociales de la región. Hay abundancia de esta fauna, aunque la calidad “esté un poco peor”, dado el desarrollo de sus ejemplares en los calurosísimos meses de primavera y verano, que ha “afectado a los trofeos”.
A niveles de prepandemia
En conjunto, la temporada cinegética en una de las regiones y provincias donde más se practica la caza “se ha recuperado” hasta niveles de prepandemia, sin limitaciones en la movilidad, incluida la atracción de amantes foráneos de esta actividad.
Principalmente, llegan, un buen puñado a través del Aeropuerto de Ciudad Real, desde Francia y Alemania, en Europa, aunque también hay cazadores que viajan desde Rusia o Estados Unidos a España para acudir a monterías u otras orgánicas que se organizan en los cotos castellano-manchegos. Ciudad Real es una de las provincias con más oferta y demanda de por sus grandes fincas y trofeos de calidad.
Las migratorias no acuáticas como las diversas familias de zorzales suelen atraer de manera preminente a los italianos.
En el caso de los aficionados nacionales, acuden a la región en más número desde las comunidades de Valencia y Madrid.