J. Yébenes
Ciudad Real
Algunos viticultores han empezado a dar la voz de alarma ante los perversos efectos de la yesca en la planta de la vid, una enfermedad causada por varios hongos que afecta a la madera.
Cuando faltan pocos días para el inicio de la campaña de la vendimia, los productores piden medidas a las autoridades políticas para encontrar una solución que neutralice el ataque, mientras que los expertos apuntan a los controles de material en los viveros y a la formación preventiva de los agricultores para evitar o retrasar la enfermedad.
El secretario castellano-manchego de UPA, Julián Morcillo, señaló a Lanza que la preocupación en el sector ha llegado cuando han comprobado los efectos dañinos de la yesca en varias parcelas de vid de La Manchuela de Cuenca y Albacete, aunque “se está extendiendo por todo el territorio regional”.
Morcillo pide “que se autoricen productos para combatir la enfermedad” tras la prohibición hace diez años del arsenito sódico.
“La Comisión Europea recibió un informe de su órgano consultivo sobre las consecuencias de la enfermedad no sólo en los viñedos españoles, sino en los de otros países europeos”
Por esta razón, “exigiremos a la Consejería de Agricultura y al Ministerio que den una solución y pongan medidas”.
Recordó que desde la organización han constatado pérdidas económicas “importantes” en las fincas con plantas enfermas “que podría llevar al arranque de cientos de hectáreas de viñedo”.
Graves secuelas
De su lado, la ingeniera técnica agrícola Sara Rodrigo, confirmó las graves secuelas de los “hongos de madera” en la vid, cuyos síntomas “aparecen de manera progresiva y constante a medida que la planta envejece”, por lo que las cepas de más de 10 años son las principales enfermas.
Esta experta lamentó que no haya suficientes investigaciones “para encontrar solución a este problema” tras la prohibición del arsenito sódico desde su descubrimiento en 1926.
Este producto fue eliminado, explicó, “por su alta peligrosidad para la salud de las personas y un gran riesgo para el medio ambiente, en especial para los acuíferos en los que es un potencial contaminante”.
También confirmó la indefensión de los agricultores porque actualmente no existe un producto curativo para esta enfermedad, aunque las casas comerciales ofrezcan productos “que funcionan más como fitofortificantes pero no curan la enfermedad”.
Recomendaciones
Por ello, esta portavoz apuesta por “recomendaciones de tipo preventivo” como desinfectar las herramientas de poda, realizar este trabajo en tiempo seco, o aplicar un fungicida para las heridas, entre otras acciones como un trabajoso método tradicional consistente en realizar un corte vertical en la cepa para airear la madera (estos hongos son anaerobios y mueren el contacto con el aire).
Es conveniente, aconsejó, “el control del material que proviene de los viveros, una mayor formación dirigida a los agricultores para que sepan reconocer bien la enfermedad y los peligros que conlleva el uso del arsenito sódico” (hay quien acude a Portugal para comprarlo).
En este sentido, Rodrigo señaló que “es comprensible” que, ante la imposibilidad de encontrar una alternativa, los agricultores recurran desesperadamente al uso ilegal de este producto para no perder sus producciones”.