El reputado cazador salmantino Pepe Madrazo, recientemente distinguido con el Premio Weatherby, considerado el Premio Nóbel de la Caza, entre otros reconocimiento mundiales, ha recibido esta tarde el calor de los aficionados en el homenaje ofrecido por el Comité Organizador de la Feria de la Caza, la Pesca y el Turismo (Fercatur), que acoge Ciudad Real este fin de semana. Madrazo, referente internacional para la caza, cuenta con una dilatada trayectoria, en la que ha abatido más de 400 especies y subespecies en distintos países y ha demostrado ser un firme defensor de la conservación de las especies cinegéticas.
PREGUNTA.- Usted está entre los cazadores más prestigiosos del mundo, ¿Cómo se siente?
RESPUESTA.- Llevo muchos años cazando y al final van saliendo cosas, aunque no sean las que uno ha pretendido, como son los premios que me dan por practicar esta actividad.
P.- ¿Se esperaba el Premio Weatherby?
R.- He estado compitiendo once años para conseguirlo. Lo alcanza una persona cada edición, yo soy el número 56 y el cuarto español. España es el país europeo con más galardonados con este premio, que lo han conseguido otros tres cazadores europeos: un francés, un italiano y un danés, mientras que el resto han ido a parar a manos de norteamericanos.
P.- ¿Qué se evalúa en el certamen?
R.- La caza deportiva y ética siguiendo las normas que se apliquen en el país al que te desplazas y el objetivo es conseguir el mayor número de trofeos de una lista de 450 especies distintas que elabora la Fundación Weatherby. Son muy difíciles porque muchas de ellas no se pueden cazar porque están protegidas. En mi caso, he alcanzado 391, el que más entre los españoles premiados, aunque mis antecesores lo hicieron en otros tiempos. El primero sumó más de 150, el segundo, más de 190, el tercero, 253, y fue un récord hace 20 años. Desde entonces hasta hoy, para jugar a ganar tienes que estar cerca de las 400.
P.- ¿Cómo ha pasado tanto tiempo en liderar un español?
R.- El número de competidores ha aumentado, la mayoría son americanos, y hay pocos europeos. La competición es cada vez más difícil, puesto que exigen un mayor número de especies, y ya conseguir 300 es un reto muy difícil que supone dedicar más tiempo. Para conseguir una determinada especie más a lo mejor tienes que hacer dos expediciones porque es un animal complicado y en la primera te vas con las manos vacías.
P.- ¿Cuáles han sido los trofeos más difíciles para usted?
R.- Con los que más me he divertido, y los más difíciles, son con las especies de montaña, carneros y cabras, y en algunas expediciones fuera de lo habitual, por ejemplo en tierras árticas. Vivir con esquimales o pastores de renos le añade pintoresquismo, un tinte de aventura que lo hace más atractivo que a lo mejor el propio animal en sí.
P.- ¿Qué situaciones más peligrosas ha vivido?
R.- Existe más peligro en una autopista o carretera secundaria en Espoña que cazando en el extranjero. Sin embargo, he vivido situaciones complicadas como por ejemplo en Etiopía a donde viajé tres veces para cazar a un niala de montaña. En la tercera intentona, tras dos anteriores de 24 días cada una, estaba probando mis rifles con las personas de la organización local y se presentaron dos jinetes a caballo galopando y nos dijeron que el territorio era suyo y no se podía cazar, aunque yo tenía mi licencia. Llegaron más, incluido el jefe de la tribu, que es como el alcalde, y nos confinaron en el campamento con dos guardas armados sin que pudiéramos salir. Conseguimos llamar al Ministerio de Caza y Bosques del Gobierno en Adis Abeba y tardaron dos días en enviar a un oficial del ministerio con los permisos que me permitían cazar. Conseguí abatir a un ejemplar de niala y cuando me disponía a irme llegó un paisano que no me dejaba llevarme el trofeo porque aseguraba que era suyo ya que lo llevaba viendo años en la montaña. Al final, negociamos y les compensé sin tener porqué y me lo pude llevar. Esto es un contratiempo pero no es peligro.
P.- ¿Qué le ha reportado la caza?
R.- Pues he aprendido a tratar con muchas gentes de distintas latitudes, a entenderles y a comprender su forma distinta de vivir, muy interesantes y de las que siempre puedes aprender cosas. He aprendido a seguir viviendo y ser mucho más flexible, además de probar la comida de cada sitio y diferentes formas de entender la supervivencia, disfrutando mucho con ello.
P.- ¿Qué es lo más importante para ser un buen cazador?
R.- Vivir como el campo impone, respetarlo y amarlo, y también entender a los animales. Hay que buscar al más viejo de la especie y respetar al joven. Yo he repetido cacerías por no matar al de menos edad. También hay que tener tesón, fuerza interior y voluntad para aguantar situaciones difíciles en grandes expediciones y sitios alejados como la que viví durante nueve días en Kamchatka, metido en una tienda de dos metros por 60 centímetros lloviendo y con niebla, con la fe en que podría seguir cazando.
P.- ¿Y cómo fueron sus inicios, de dónde le viene la afición. Es de su familia?
R.- Me gustaba desde pequeño, ayudaba a preparar el morral los sábados a mi padre y esperaba los domingos su llegada y si sacaba tres perdices y una liebre yo era feliz y pensaba a ver cuándo puedo hacerlo yo.
P.- ¿Cómo ha visto la evolución del sector, es diferente según los países?
R.- Ha evolucionado mucho, sobre todo a nivel internacional porque en España se mantiene la tradición. Las comunicaciones han cambiado lo que es la caza, porque antes llevaba meses preparar un safari en África, mientras que ahora contactas con la organización en las ferias internacionales y por teléfono. También han cambiado las comunicaciones físicas. Yo he dado en viajes internacinales 52,5 veces la vuelta al mundo, con 1.300.000 kilómetros, y lo he podido hacer en los últimos 15 años, algo que no podría haberlo hecho antes porque los desplazamientos suponían mucho más tiempo.
P.- ¿Qué le parece el homenaje en Fercatur?
R.- Estoy muy honrado y complacido con este premio, lo considero un galardón personal y para España. Es una satisfacción enorme compartirlo con los cazadores de Ciudad Real, es un honor que les brindo.
P.- ¿Ha cazado en Ciudad Real?
R.- Sí, en Almadén hace muchos años y es una provincia cazadora al 100% y por eso me produce estupor que haya contestación.