El equipo de gobierno municipal ha querido plasmar con un precioso monolito y una placa el sentir de una aldea y el reconocimiento de una institución hacia una persona que siempre ha luchado contra la despoblación rural y a favor de la potenciación de las aldeas de Malagón, “como un paraíso natural al que llegué hace muchísimos años y en el que decidí quedarme para siempre. Desde aquel día esta aldea y todos vosotros me acogisteis como una más y yo supe desde entonces que otra familia había aparecido en mi vida”.
Tomasa Moraga García Uceda siempre será recordada como la maestra de los Quiles: algunas voces autorizadas aseguran que cada año recuerda todos y cada uno de los cumpleaños de alumnos que han ido pasando por la escuela, porque Tomasa es una mujer muy especial que representa a muchas compañeras y compañeros que cada día se dejan la piel en la formación de alumnos. Ha sido y será un ejemplo para otros maestros que también han elegido la enseñanza como medio de vida.
Al homenaje, que se extendió a lo largo de la jornada de ayer sábado, acudieron antiguos compañeros, prácticamente la totalidad de la corporación municipal, Juan Carlos Fernández de Simón, antiguo párroco del monasterio de San José y de la parroquia de Santa Teresa, Manuel Muñoz Infante, jefe de Seguridad del Museo Del Prado, Concepción Balmaseda, ex alcalde de Malagón, su inseparable marido, Carlos Tapiador Sánchez, todos sus hijos: Carlos, Victoria, Mamen y Pedro, sus nietos, sus amigos de Malagón y todos o casi todos los vecinos de los Quiles; sus alumnos de toda una vida dedicada a enseñar; a enseñar cultura general y a enseñar a vivir, fomentando los mejores valores y las mejores virtudes de los humanos: el respeto, la convivencia, el amor a los demás…
En el acto matinal y antes de celebrarse la posterior eucaristía intervino la alcaldesa pedánea de los Quiles, Teresa García Nieto, que agradeció en nombre de todos los vecinos de la aldea, tantos años de dedicación y cariño con los quileros
Continuó Adrián Fernández Herguido, alcalde de Malagón, que también agradeció a Tomasa de manera pública su trabajo durante tantos años al frente de la escuela de los Quiles. Fernández defendió el entorno rural y elogió que Tomasa apostase firmemente por continuar trabajando en Los Quiles a pesar de que lo fácil hubiese sido marcharse a Malagón o a otro lugar; destacó su constancia, su amor a sus alumnos, a su familia, a todo el pueblo de Malagón y a una aldea que desde ayer es un poco más suya y que siempre llevará en su corazón.
Antes de descubrir el monolito, Tomasa tuvo unas palabras de agradecimiento para todos, para el Ayuntamiento por haber pensado en ella como representante de la enseñanza en el entorno rural, a sus compañeros de profesión, a sus amigos, a sus familiares con un recuerdo muy especial a sus padres y sobre todo a sus Quiles y a toda esa buena gente que la acompañado durante tantos años.
“No merezco tanto”, concluyó una emocionada Tomasa.