Belén Rodríguez
Ciudad Real
La niña de once años de la que supuestamente abusó su hermanastro mayor, L.M.I.G., cuando ella tenía nueve años en casa de la madre de ambos en Alcolea de Calatrava, mantuvo este martes la acusación contra él en el juicio ante la Audiencia Provincial, en el que la fiscalía pide para el adulto, de 26 años, cuatro años de prisión por el delito de abuso sexual y 2.000 euros de indemnización por daños morales.
La menor, que desde los dos años vive acogida de hecho por su tía paterna (el padre y la madre mantuvieron una breve relación y se separaron), contó al tribunal, que enjuicia el caso a puerta cerrada, lo mismo que denunció su tía en la primavera de 2012 un único episodio de abusos (tocamientos) unos días antes de que la niña hiciera la comunión, algo que niega el acusado, que defiende su inocencia.
La madre biológica tampoco la cree, sin embargo la familia paterna, de la que partió la denuncia, va más allá y asegura que la niña ha sido víctima de abusos por parte de su hermanastro desde que cumplió los dos años, las veces que iba de visita a casa de su madre, que además tiene otra hija. De hecho ha habido denuncias anteriores de esta familia, que según el fiscal jefe se han sobreseeido. De lo único que parece que hay pruebas claras es del hecho concreto del 12 de mayo de 2012, por el que la fiscalía ha formulado escrito de acusación contra el joven.
“Lo llevamos denunciando desde que la niña tiene dos años pero no nos creen”, explicaron los familiares en la puerta de la sala de vistas, a la que tampoco se les permitió acceder, únicamente lo hizo la tía que puso la denuncia y como testigo, “nos sentimos desamparados”, aseguraron cuando el fiscal, que en principio había citado a declarar a más miembros de la familia, renunció al final a ellos.
El juicio continuará este miércoles con las pruebas periciales y el trámite de conclusiones.