El Festival Internacional de Teatro Contemporáneo Lazarillo de Manzanares planea aumentar las obras de pequeño formato para próximas ediciones, dada la gran acogida entre el público. Más de 150 personas asistieron el miércoles al espectáculo de ‘La Ogra que todo lo logra’ y cerca de 200 pasaron este jueves por el MicroFITC.
A diferencia de los grandes montajes, el éxito de las obras de pequeño formato reside en el poder de atracción que tienen entre los jóvenes. En nota de prensa, la directora de la 45 edición, Cecilia Amores, destaca que los datos de asistencia demuestran que “es posible acercar la cultura a los jóvenes”, ya que la edad media es mucho menor que en otros espectáculos.
Por ese motivo, Lazarillo TCE, como organizador del festival, planea ampliar este tipo de programación “tanto en días como en espectáculos” para satisfacer la gran demanda de entradas. Así pues, las entradas de la cuarta edición de microteatro se agotaron en dos días de venta anticipada. Las dos últimas noches, el FITC ha colgado el cartel de “no hay entradas”.
Así pues, Cecilia Amores confirma que fueron “decenas” las personas que se quedaron sin entrada en la sección MicroFITC, que cada vez genera más expectación entre el público. Por eso, afirma que “se estudiará la posibilidad de ampliar esta actividad dentro de la programación oficial en próximas ediciones”.
Espectáculos innovadores y poco accesibles en los pueblos
En los últimos días, el público ha destacado que este tipo de montajes, en los que convive con los actores e incluso interactúa, ofrecen la posibilidad de vivir “una experiencia cultural más cercana, inmediata y alejada de estereotipos”. Ofrecen una posibilidad de relacionarse no solo con los actores, sino también con el resto de espectadores.
Asimismo, la dirección considera “importante” aumentar la presencia de este tipo de espectáculos “innovadores en contenido y en continente”, cada vez con más protagonismo y que no suelen ser accesibles en los pueblos. La actividad se concentra normalmente en grandes ciudades como Madrid, y en palabras de Cecilia Amores, “ese es el verdadero sentido del FITC Lazarillo”.