El pistachero es una de las mejores alternativas para garantizar un futuro rentable al campo manchego. Así lo dice Juan Gallego, gerente de IberoPistacho, una innovadora empresa manzanareña en plena expansión, que trabaja desde hace más de un lustro en el asesoramiento y venta de plantas de este fruto seco.
A menos de un año para abrir la que será, tal y como asegura, la planta procesadora de pistacho más grande de Europa, la firma prepara un modelo asociativo en torno a esta industria, en el que los productores podrán obtener más rendimientos como actores activos de la cadena de comercialización. El objetivo es poner la tecnología al servicio del cultivo, y que el sector primario forme parte de la transformación del fruto del Pistacia vera en su camino de venta hacia al consumidor final.
IberoPistacho empezó su andadura en 2015, con Gallego -ingeniero técnico agrícola- al frente de un proyecto basado en ofrecer apoyo técnico a productores de pistachos. Desde entonces, la empresa asesora de manera gratuita y “sin compromiso” a estos inversores, y los acompaña “en todo el proceso de desarrollo” del cultivo. Por ahora, están en contacto habitual con más de 10.000 personas “y cada año solemos plantar entre 800 y 1.000 hectáreas”.
Su web (https://iberopistacho.com) ofrece contenidos audiovisuales sobre todo el proceso productivo -planificación, planes de abonado y sistemas de riego-, tanto para los cultivados con sistema convencional como para los ecológicos.
A la hora de plantar, aconsejan soterrar la variedad más adecuada al clima y al suelo, entre las Kerman, Larnaka o Sirora, porque “cada finca es única”. También influye la aportación de agua en el terreno: para el secano proponen la cornicabra (Pistacia terebinthus), y para el regadío, la UCB-1, un patrón desarrollado por la Universidad Davis (California), más tolerante con las enfermedades fúngicas.
Ante la demanda imparable del pistacho a nivel mundial, Gallego destaca la oportunidad socioeconómica que representa el pistacho para el territorio castellano-manchego, el más óptimo de toda España desde el punto de vista climatológico, por la baja humedad y los contrastes estacionales.
De hecho, la región ya tiene un posicionamiento muy destacado en este cultivo, con un claro liderazgo y cerca de 40.000 hectáreas plantadas -17.000 ecológicas- respecto a las 44.000 ha nacionales.
Ciudad Real es la provincia más pistachera, con cerca de 13.000 hectáreas.
Se trata de superficies en continuo crecimiento, aunque, según Gallego, en conjunto todavía “muy pequeñas” para autoabastecer el consumo europeo, que necesitaría la producción de 300.000 hectáreas.
Tecnologías e internet
El gran aliado de IberoPistacho ha sido internet, una “revolución” que está ayudando a transformar a un sector más resistente por la edad como es el de los agricultores, aunque poco a poco “están aprendiendo a usar herramientas como el correo electrónico”.
Las infraestructuras de la empresa manzanareña están muy desarrolladas técnicamente y su aplicación le permite crecer día a día. Muchas de estas tecnologías provienen de su socio comercial Almeriplant Semilleros, “uno de los mayores de Europa”, que ha dedicado años y esfuerzo a la investigación y obtención del mejor material genético del mercado. También ha mejorado su servicio para el diseño de explotaciones con otros expertos ingenieriles, con el fin de aprovechar todo el material vegetativo en la plantación. Se trata de un sistema de medición “hiperpreciso” que recoge el perímetro real de la explotación, a veces no coincidente con los datos del Sigpac o del propio catastro, para que no sobren plantones, “que son muy costosos”.
Planta de procesado
Toda esta trayectoria investigadora y tecnológica de IberoPistacho tendrá como colofón la planta de procesado que la empresa pondrá en marcha en Argamasilla de Alba en septiembre de 2022.
Tendrá una capacidad de tratamiento de más de 6 millones de kilogramos, y será “la más grande de Europa”.
Las nuevas instalaciones operarán en tres fases, la primera y “más crítica” se centrará en el pelado, lavado y secado del fruto, tras su recogida del árbol. Se trata de uno de los momentos más sensibles, relacionado con los niveles de humedad del pistacho tras la retirada de la cáscara. Para evitar “cuellos de botella”, Gallego anima a los productores con extensiones a partir de 10 hectáreas en regadío (15 o 20 en secano) a que realicen este proceso en sus propias explotaciones y tengan el control de su producto.
La segunda fase será la clasificación y selección del producto, mientras que la tercera se dedicará al procesado final y envasado.
La infraestructura ha sido diseñada por Aris Arquitectura y Urbanismo, y contará con una maquinaria seleccionada por Pistacia Vera Ingeniería. La planta estará altamente tecnologizada y tendrá elementos diferenciadores en el modelo de explotación, explica el gerente de la compañía. En concreto, invitarán a los productores a participar como socios “en la forma jurídica que establezcamos” para así poder percibir ingresos más justos por sus alimentos en origen. El objetivo es que todos los agentes de la cadena de valor -del campo al consumidor- alcancen la mayor competitividad y beneficios en los mercados de comercialización.
IberoPistacho también tiene previsto crear “empleo de calidad”, con personal cualificado que será formando en los distintos procesos para garantizar su permanencia. La finalidad, en este sentido, es arraigar la población al territorio.
En conjunto, IberoPistacho, que cuenta con un equipo de siete trabajadores menores de 30 años, cubrirá todas las etapas de producción y comercialización del pistacho, con “transparencia y trazabilidad”. Para ello, se servirá de los sistemas de control (blockchain) digitalizados, para que el cliente final pueda conocer “todos los detalles del producto que está consumiendo”.
La fábrica contribuirá a ampliar la capacidad para transformar el pistacho en España, hasta ahora con poca dimensión respecto “al crecimiento exponencial” estimado en la producción y también en la demanda por “la democratización del consumo”.
Ante esta perspectiva, la firma manzanareña se ha marcado como objetivo a medio plazo la creación de una marca “que sea reconocida” en el mercado y que llegue “directamente al consumidor”.
Los grupos de inversión miran al pistacho
IberoPistacho atiende las necesidades de asesoramiento tanto de agricultores profesionales como de propietarios de fincas con otras ocupaciones, incluso hasta algunos grupos de inversión.
El campo, señala Juan Gallego, gerente de IberoPistacho, empezó a despertar el interés de los inversores financieros y fondos de capital riesgo, a raíz de la contracción del sector inmobiliario, y ha aumentado con la llegada de la crisis sanitaria por la Covid-19, al ser un “activo tangible”.
Frente a la construcción de edificios “hacia arriba”, la superficie cultivable” es limitada y, por tanto, “nunca pierde valor a largo plazo”, en especial por su capacidad de producción.
El acceso a la tierra no es sólo una operación financiera, sino que, tal y como explica Gallego, va más allá, y es “una filosofía de vida”. Por ello, además de apostar por estos valores como negocio, los bancos facilitan a los usuarios la compra de explotaciones o el crédito para planes de mejora o la incorporación de los jóvenes agricultores. “Es un producto atractivo que financian hasta el 100% con hasta 4 años de carencia”, sostiene.
En España hay corporaciones bancarias nacionales e internacionales “muy fuertes” atraídas por cultivos como el pistacho. Es un sector “con mucho potencial de desarrollo que crecerá más en los próximos años”, en parte influido por el decaimiento del modelo de los grandes productores: Irán y California. Estos países ya han registrado, recuerda Gallego, problemas en sus cosechas por falta de agua, así como apuestan más por la cantidad que por la calidad, mientras que los mercados demandan un producto más cualificado.
“Cada vez consumimos más proteína vegetal, cuidamos lo que comemos y los frutos secos son más importantes en nuestra dieta”, indica el directivo, una demanda que en el caso de España en general y de Castilla-La Mancha en particular, tienen la oportunidad de cubrir con sus pistachos de calidad.