José María Olivares Gallego ha abandonado a las 20:22 horas voluntariamente y desarmado el mesón Sancho en Manzanares y se ha entregado brazos en alto a la Guardia Civil después de atrincherarse en el local que regenta con un arma de fuego durante diez horas.
Fuentes de la Guardia Civil han comentado que Olivares Gallego ha salido aparentemente tranquilo, andando con normalidad y sin armas, y se ha entregado. Los agentes han tenido retenido al hombre cerca de 20 minutos en una de las calles cercanas al mesón y después lo han trasladado como detenido a la Comandancia de la Guardia Civil de Manzanares tras recibir atención sanitaria en una de las ambulancias desplegadas.
El momento mas tenso de la jornada ha sido entre las 19.32 y las 19.36 horas, cuando todo el vecindario ha podido escuchar una primera detonacion y luego una ráfaga. La Guardia Civil ha informado de que el atrincherado, que poseía un “arma larga”, que podría ser escopeta o rifle, ha disparado al aire varios tiros desde el patio del establecimiento.
Una vez finalizada la intervención, la portavoz de la Guardia Civil ha confirmado este jueves que desde el primer momento el objetivo ha sido que José María Olivares saliera “voluntariamente” del local, para lo que han contado con la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, que ha dirigido las negociaciones tanto de forma física como telefónica.
Estaba citado por “denuncias falsas”
Bajo secreto de sumario, los investigadores de la Guardia Civil instruirán ahora las correspondientes diligencias relacionadas con el caso. Entre los motivos del atrincheramiento, la Guardia Civil también ha confirmado que Olivares Gallego “estaba citado este jueves por varias investigaciones que lo imputan varias presuntas denuncias falsas”.
Así pues, según ha podido conocer este medio, el propietario del mesón Sancho podría haber simulado al menos un robo en este mismo establecimiento. Según la hemeroteca, este mismo hombre resultó herido por arma blanca durante un robo en marzo de 2017.
Gran despliegue policial
Más de veinte agentes de la Policía Judicial, Policía Local y de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil de Valdemoro han intervenido en el operativo desplegado en la calle Jesús del Perdón, donde está localizado el restaurante, y todas las calles aledañas para sacar al hombre del lugar.
Aparte de la actuación del equipo de negociación de la policía judicial, ha habido efectivos apostados en los tejados con fusiles de asalto y agentes con equipación antibalas han entrado a los edificios colindantes en varias maniobras de aproximación desde las tres de la tarde.
El bar vivió su apogeo en los 80
José María Olivares, que tiene entre 55 y 60 años de edad, y que es el mayor de tres hermanos, ha llegado al bar armado cuando pasaban las 10 horas de la mañana. Entonces, ha echado a su padre y a su hermano del local y se ha encerrado él solo. Al parecer ha amenazado con prender fuego al local y autolesionarse si intentaban sacarlo.
El bar y el comedor de este establecimiento vivieron su apogeo en los años 80 y 90 del pasado siglo, aunque desde entonces ha ido perdiendo clientela progresivamente. Asimismo, diversas fuentes han confirmado a este medio que José María Olivares, que tiene mujer y una hija, pertenece a la Federación Castellano-Manchega de Tiro Olímpico, por lo que posee licencia de varias armas.