Plaza de toros de Manzanares (Ciudad Real). Corrida de toros. Mas de media entrada en tarde de mucho calor.
Se lidiaron cinco toros de Castillejo de Huebra (tercero como sobrero) y uno de José Manuel Sánchez (sexto), de magníficas hechuras y bien presentados. El quinto, de nombre Escamillo, resultó premiado con la vuelta al ruedo. Nobles y manejables en general.
Morante de la Puebla (de gris plomo y azabache): oreja y leves pitos.
Juan Ortega (de verde botella y azabache): dos orejas y dos orejas.
Carlos Aranda (de blanco y oro), que tomaba la alternativa: oreja y dos orejas.
Carlos Aranda tomó la alternativa con el toro de nombre Aldeanito, número 56. Miguelín saludó tras banderillear al primero, y Jorge Fuentes tras hacer lo propio en el tercero. El banderillero Valentín Cuevas se cortó la coleta al término del festejo. Ortega y Aranda salieron a hombros.
El doctorado de Carlos Aranda acontecido en la plaza de toros de Manzanares en la tarde de ayer se suma a las alternativas concedidas en este coso manchego, entre las que podemos citar las de Blanquito, Gabriel de la Casa, Juan José o, más recientemente (en 2013), el también ciudarrealeño Emilio Huertas.
El toro de la alternativa fue de capricho. Bonito, engatillado, bien hecho, y portador de embestidas humilladas y templadas. Con esos mimbres Carlos Aranda se lució a la verónica con el capote, meciendo el percal. Alternó manos con la muleta, destacando con ambas, si bien su toreo al natural sobresalió, enroscándoselo con muy buen aire. El de Daimiel cortó una oreja, que podrían haber sido dos de enterrar la espada en su totalidad en lugar de solo la mitad arriba. El toro fue brindado a su padre y su hermano.
El cierraplaza anduvo escaso de chispa, aunque sobrado de nobleza. Aranda lo pasó con aseo y compostura, con mayor ajuste al natural y menor con la derecha, sobre todo en el primer tramo del trasteo. La estocada llegó al primer intento y a su esportón fueron dos generosas orejas que le permitieron salir a hombros junto a Juan Ortega.
Un telediario creíamos que le duraría a Morante el noble y flojo segundo. Sin embargo el cigarrero echó mano de esa maravillosa cualidad, el temple, y de la despaciosidad, cuajando una faena de múltiples matices técnicos (citar a su altura, conducir con mimo, vaciar por arriba, dar un tiempo sin pretender ligar..) que mantuvo al de Castillejo de Huebra en pie yendo tras la muleta hasta lograr un trasteo sobresaliente -si tenemos en cuenta lo que tuvo delante-, de más contenido que brillantez aparente. Además mató con acierto a la primera y se llevó una oreja, que, realmente, fue lo de menos.
Apenas nada pudimos ver en el cuarto, un ejemplar sin fijeza, que salía suelto constantemente y ante el que Morante abrevió.
En el tercero tuvimos la fortuna de poder disfrutar de un trasteo sublime de Juan Ortega a un toro algo bronco aunque noble. El sevillano limó las asperezas iniciales por el derecho (arrollaba) y consiguió una faena de caricia y gracia, sin violencia alguna, y con toda la torería de alguien que la tiene a raudales para quien la quiera y pueda ver. De no haber pinchado habría paseado el rabo, pero el premio quedó en dos orejas. Qué más da lo numérico cuando se torea así.
El segundo del lote de Ortega no tuvo excesivo fuelle y se defendía punteando, lo cual no le impidió deleitarnos con un quite por chicuelinas primoroso, y una faena de muleta que tuvo el mérito de evitar la acción de los pitones en busca de tela, e impregnar todo lo que hizo de gusto y armonía. Otras dos orejas fueron a sus manos tras dejar estocada entera arriba al primer viaje. El presidente quiso poner la guinda con un tono poco serio al premiar al toro con una inmerecida vuelta al ruedo.
En el epílogo de la corrida el hijo del banderillero Valentín Cuevas cortó la coleta a su padre, un magnífico profesional que dijo adiós a su pasión-profesión en una tarde de gran carga simbólica.
La gente, en Manzanares, salió toreando de la plaza. Al menos algunos. Y nosotros lo hicimos buscando con ahínco la tarjeta que contenía las fotos hechas durante el festejo. La corrida fue un éxito. Nuestra búsqueda no. Qué se le va a hacer.
