La Guardia Civil de Ciudad Real ha desmantelado una banda de contrabandistas de tabaco, que actuaba en Manzanares, y que se ha saldado con la detención de 27 hombres acusados de los presuntos delitos de contrabando, pertenencia a organización criminal y contra la hacienda pública. Además, a tres de ellos se les imputa un delito contra los derechos de los trabajadores. Según la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha, el valor del tabaco incautado a la banda se acerca a los diez millones de euros
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca, y el Coronel Jefe Interino de la Comandancia de Ciudad Real, Humberto Urruchi, han dado a conocer este jueves esta importante operación llevada a cabo por la Guardia Civil de Ciudad Real.
La investigación se inició después de que en septiembre del pasado año se incendiara una nave en el polígono industrial de Manzanares, en la que fallecieron dos personas y 16 personas resultaron heridas. Entonces fue cuando los agentes de la Benemérita comenzaron a sospechar que detrás de este suceso se escondía un caso de contrabando de tabaco. La inspección ocular de la nave puso al descubierto una gran cantidad de tabaco picado y maquinaria industrial, además de una zona creada a modo de vivienda para los empleados que trabajaban en la nave incendiada.
La Guardia Civil en el trascurso de la operación intervino un total de 1.154.400 cajetillas de tabaco, 750 kilos de tabaco picado, 2.000 kilos de cigarrillos liados y dos pallets de cigarrillos defectuosos. Además, los agentes estiman que la fábrica habría tenido una capacidad de producción de 200 millones de euros durante los cuatro meses que duró su actividad, con una capacidad diaria de producción de 1.200.000 euros.
Modus operandi
La Guardia Civil determinó que la organización criminal lograba conseguir grandes cantidades de picadura de tabaco que trasladaba hasta las naves. Allí se realizaban las fases de producción, elaboración y distribución del tabaco, para su posterior traslado a otros países europeos como Inglaterra, Italia y Rusia.
La organización captaba a trabajadores de Rumanía, Ucrania y Bulgaria para trabajar en la nave por periodos de un mes y “no levantar sospechas”, ya que ninguna de estas personas tenía visado para trabajar en el país y habían entrado a España como turistas. Los empleados, que vivían en el interior de la nave durante su mes de trabajo, eran reemplazados continuamente para no generar “lazos de amistad” entre ellos ni con la población local.
Durante la investigación, la Guardia Civil consiguió interceptar un camión que salía de una de las naves de la organización y hallaron en él numerosos pallets de tabaco falsificado, preparado para su distribución y venta. Tras este descubrimiento, el conductor del camión fue detenido junto a una persona que conducía un vehículo “lanzadera”, que se situaba delante del camión como medida de seguridad para no ser parados por la policía.
Tras la detención de estas dos personas, la Guardia Civil registró otras tres naves industriales de la organización en la localidad cordobesa de Santaella, donde también se detuvo a otras 23 personas que, en ese momento, se encontraban trabajando en la elaboración ilegal de tabaco.