Médicos, enfermeras, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, asociaciones y cuidadoras. El alzhéimer exige una respuesta coordinada que va más allá de los profesionales del ámbito sociosanitario y que tiene que tener en cuenta a las familias.
El equipo de coordinación sociosanitaria para la atención a personas con demencia, creado en torno a la Gerencia de Atención Integrada de Manzanares, ha puesto en marcha un protocolo coordinado para la formación de familiares de personas con demencia.
En septiembre de 2017 dieron los primeros pasos durante la celebración de las I Jornadas de Alzhéimer ‘Ciudad de Manzanares’ y uno de sus frutos más reveladores fue el año pasado la organización de un protocolo de atención a personas en situación en riesgo, carentes de uno de los pilares indispensables para afrontar la enfermedad: los cuidadores.
Para reforzar el papel del cuidador y “la capacidad a las familias en el cuidado de los familiares” ha surgido este segundo protocolo. La directora del Centro de Día y Vivienda de Mayores del Ayuntamiento de Membrilla, Mari Ángeles López, explica la necesidad de adquirir “conocimientos, actitudes y habilidades” en el marco de las III Jornadas de Alzhéimer ‘Ciudad de Manzanares’.
Aumentar la calidad de vida del enfermo y el cuidador
El neurólogo Félix Bermejo-Pareja Gijón, del Hospital 12 de Octubre de Madrid, explica que la demencia se basa en “un declive del rendimiento cognitivo”, fundamentalmente de la memoria, que conlleva, entre otras cuestiones, “el fracaso social y laboral”. No tiene definición biológica, sino clínica.
En la actualidad, los estudios indican que el alzhéimer es “la demencia más frecuente”, supone entre el 50% y el 80% de los casos. Según evoluciona el alzhéimer, el apoyo de cuidadores se convierte en imprescindible, hasta ser necesario las 24 horas. Cuando los recursos son escasos, las familias son un pilar.
Con la implicación de profesionales del Sescam, los servicios sociales y las residencias de mayores, el objetivo del protocolo para la formación de familiares ha sido “aumentar la calidad de vida y el bienestar del enfermo y de los familiares”. Cabe destacar, que en muchas ocasiones las familias se enfrentan a la enfermedad con desconocimiento.
El protocolo llega a 38 personas
Seis unidades didácticas y tres poblaciones implicadas. Hasta el momento la formación ha llegado a 38 personas a través de la Residencia de Mayores Virgen de Peñarroya de La Solana, la Residencia de Mayores La Milagrosa de Manzanares y el Centro de Día de Membrilla. En las últimas semanas, ha empezado en la residencia Los Jardines de Manzanares.
Como representante del equipo de coordinación, Mari Ángeles López señala que el protocolo cuenta con seis sesiones de hora y media, en las que trabajan desde las características de la demencia, a los recursos legales y sociosanitarios disponibles, a la promoción de la autonomía personal.
También abordan cuidados para la salud a través de la alimentación y el ejercicio físico, los cambios emocionales que desarrolla el enfermo, y hasta “cuidados para el cuidador”. Mari Ángeles López señala que uno de los puntos fuertes del protocolo es “favorecer la creación de lazos entre los participantes”, la mayoría mujeres.
Las mujeres asumen la carga de la demencia
Hasta el momento, el 76 por ciento de los participantes han sido mujeres, lo que refleja el alto grado de feminización de los cuidados. Según los datos aportados, el 62 por ciento de los cuidadores son hijos y el 27 por ciento cónyuges, lo que refleja el envejecimiento de los cuidados. Asimismo, el 41 por ciento de las personas solo tienen estudios primarios.
Entre los datos más interesantes que aporta el protocolo, según señala López, destaca que “la formación ha llegado en un 44% a cuidadores en casos de dependencia total”, y que por lo tanto “ha llegado tarde”.
A este respecto, el neurólogo Félix Bermejo insistió en que “es necesaria más información y ayuda social y comunitaria para las familias”, además de “apoyo psicológico al cuidador de forma individualizada”. Aparte, insistió en el papel que ejercen las asociaciones, todavía con “desarrollo escaso” fuera de las grandes poblaciones.