Desde la Librería La Pecera, “el punto de encuentro para escritores y lectores”, el multidisciplinar Teo Serna adelanta para Lanza la presentación de ‘101 cuentos particulares’, un libro de microrrelatos rápidos, ingeniosos y sagaces para esta realidad postmoderna marcada por la inmediatez.
El escritor manzanareño, que acumula veinte libros publicados, cuatro de prosa, tres de poesía visual y el resto de poesía discursiva, explica que la partícula es “la parte pequeña de la materia”, y eso son sus 101 cuentos, microrrelatos que van desde una sola frase hasta un máximo de diez o doce donde destaca el esfuerzo por sintetizar.
Con una edición “sencilla, pequeña, pero cuidada” de la mano de Babilonia, Teo Serna se suma a la tendencia alrededor de lo “micro”, aunque este poeta adelantado a los tiempos recuerda que su libro tiene ya diez años.
El manzanareño comenta que en España “uno edita cuando puede” y a pesar de su larga trayectoria confiesa que es difícil publicar “decentemente”. No es la primera vez que publica con Babilonia, editorial que se decanta por la poesía discursiva y visual.
“El ascensorista piensa. Tanto subir y bajar para nada. Tantos kilómetros recorridos para no llegar a ninguna parte. Sí; ya sé que lo importante no es llegar, sino viajar, pero…”
Así son los relatos de Teo Serna, de lectura rápida y de variedad temática, pero siempre con ese “sentido del humor subterráneo”, que a veces no es tan evidente, pero que caracteriza toda obra. Además, cada uno es independiente, no tienen continuidad y algunos permiten una “segunda o tercera lectura”.
La elipsis, la supresión de acontecimientos dentro de la línea temporal de la historia tan utilizada en el cine, es recurrente. Teo Serna comenta que su reto ha sido “cómo decir con lo mínimo posible”, alejado de la reiteración, tras un importante proceso de análisis y luego de síntesis.
Por eso, puede ser un libro interesante para la lectura más juvenil, pues pasar sus 39 páginas no requiere ningún esfuerzo. La lectura además es en general de fácil comprensión, para todos los públicos.
“Cosas del destino. Por no pisar una hormiga, cayó al suelo, se rompió un par de dientes, perdió un ojo y se fracturó el codo, quedando inútil del brazo derecho. ‘La muerte de una hormiga –decía- puede cambiar el mundo’. Lo cierto es que la vida de aquella, cambió la suya”.
Un libro de poesía recién publicado y otro de lujo para diciembre
Acompañado del responsable de La Pecera, Agustín Muñoz, el escritor también aprovecha para anunciar la publicación de ‘Ecuaciones de segundo grado’, un libro de poesía discursiva coeditado con la madrileña Eva Hiernaux, y que ya está en la calle
Teo Serna expresa que es la primera vez que comparte páginas con otra autora y adelanta el llamativo contraste que existe en las páginas de este libro, que ya está en galerías de arte y espacios alternativos de Madrid. La obra no está dividida en dos partes, sino que los poemas de uno y otro autor, los de Serna bajo el título ‘Elogio del Caníbal’, están intercalados.
También está en proceso de cocción ‘El libro de los muertos’, que incluye poemas de Teo Serna y fotografías tomadas por Eduardo Barbero en cementerios. Éste tendrá una edición de lujo, dirigida a coleccionistas, elaborada a mano, con papel acuarela y formato cuadrado. Además, el autor comenta que probablemente el libro estará a la venta a finales de año.
Los “libros intervenidos” ocupan su mente
Teo Serna recuerda que su primer libro, ‘Historias extrañas, improbables y ciertas’, publicado por la Diputación provincial y “uno de los pocos” que se ha agotado dentro de la colección ‘Ojo de pez’, fue también de relatos.
También hace referencia a sus haikus y anima a revisar la hemeroteca, “antes de que los periódicos se quemen” y se pierdan en el mundo digital, a la vez que enseña con el móvil fotografías de sus últimos “libros intervenidos”: ‘El jardín zen’ y ‘El homenaje a Malévich’.
Ahora está dedicado a transformar libros viejos, una técnica que ya expuso junto a sus “poemas objeto” en la Fundación Antonio Pérez de Cuenca. Teo Serna no hace distinciones entre letras, pintura o escultura, para él son “diferentes formas de expresión”, y reconoce que el único arte que le queda por dominar es la música.
Teo Serna hace música electrónica con el “theremín”, ese instrumento que produce sonidos por ondas y que tanto aparecía en las películas antiguas. Ahora bien, el artista confiesa que es “pesador de sonidos” y que no le importaría ser “músico profesional”.
La librería como punto de encuentro para el lector
Rodeado de libros a apenas unos días de presentar en La Pecera de Manzanares ‘101 cuentos particulares’ a través de un coloquio con los lectores, Teo Serna apunta que “presentar en una librería es lo más adecuado”, y pone en valor estos espacios como “lugar de encuentro” y de debate literario, algo que no ofrecen las compras por internet.
El librero Agustín Muñoz también entra en la conversación y expresa el gran valor de Teo Serna, “una referencia como escritor”, pero también “un gran lector” con el que habla de libros, “que es exigente, que aprecia que las ediciones estén cuidadas, que no se deja llevar por lo comercial”.
Agustín Muñoz cuenta incluso como anécdota que Teo Serna trasciende fronteras, pues un día una pareja de americanos, de Ohio, preguntó por varios de sus libros y por otros autores locales. Asimismo, pone en valor el esfuerzo de los escritores, en concreto de Teo Serna, un autor que se autodenomina “manchego” y que por lo tanto “es universal”, para llevar sus libros a las estanterías de venta.