Adentrarse en la casa familiar que María Antonia García de León tiene en Torralba de Calatrava y sumergirse en su biblioteca es difícil de describir. Espacio y libros se dan la mano en un contexto perfecto de armonía y belleza donde todo invita a leer y a escribir.
María Antonia García de León, nacida en Torralba de Calatrava, es licenciada en Derecho y Sociología y durante la mayor parte de su carrera profesional ha sido profesora titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, donde comenzó siendo una joven inquieta que anduvo en muchos terrenos, facetas que, pasados los años, sigue conservando intactas.
Una de sus pasiones, escribir poesía
Ya jubilada, ahora es profesora emérita de la Complutense, sigue teniendo el alma y el espíritu joven lo que le lleva a estar tan activa como siempre. Ya durante el ejercicio de su profesión escribió numerosos ensayos sociológicos, una pasión, la de escribir, que le llevó a adentrarse, hace unos años en la lírica. Escribe poesía y desde el 2010, esta “apóstola de la cultura o animal cultural”, ha escrito 15 libros de poemas. Además, se dedica con pasión a la épica de la cultura, da recitales, conferencias, etc, como decía Ortega y Gasset “es una aristócrata del espíritu”, y un espíritu alegre.

“Mi biblioteca es mi biografía”, subraya María Antonia García de León quien explica que con poco más de 20 años empezó a conformar su biblioteca, cuando ya tenía una casa propia. “Aquí, en mi casa familiar, siempre ha habido libros, no hay una habitación sin ellos, pero la propia empecé a conformarla a los 20 años. No me han dolido prendas en comprar libros que necesito para mi trabajo, para mi desempeño y que, además, subrayo, me duermo con ellos, manoseo las páginas… es el placer de tener un libro propio que, además, son herramientas intelectuales”, indica.
7.000 volúmenes en tres espacios diferentes
Su biblioteca particular cuenta con alrededor de 7.000 volúmenes que se reparten en tres espacios diferentes, sus casas de Madrid y Málaga y la encantadora vivienda familiar que mantiene en Torralba de Calatrava.
“En mi biblioteca se aglutina lo propio de mi profesión. Tengo Ciencias Sociales, sociología, antropología, historia, cine y bastantes libros de mi primera licenciatura, Derecho. Tengo muchos libros de arte, me apasiona, yo también pinto, los libros de arte son maravillosos”, añade María Antonia García de León quien explica que si algo llama la atención en su biblioteca son las muchas biografías que atesora y que, indica, siempre le han gustado mucho.
“La buena biografía, de calidad, como la última que he trabajado, la de Isabel Burdiel sobre Emilia Pardo Bazán, es maravillosa, más de 700 páginas. Una biografía buena te ofrece la persona, el contexto, la historia…”, explica.
Muchos libros sobre feminismo

También hay muchos libros sobre feminismo. “He comprado libros sobre este tema sistemáticamente, tanto es así que ya me desbordaban”, añade García de León que se define como feminista con todas las letras. Buena parte de esa colección sobre feminismo, más de 100 volúmenes, los donó hace cinco años a la Biblioteca Pública de Torralba de Calatrava.
Preguntada sobre el libro que ella salvaría si hubiera un incendio en su casa asegura que es muy difícil de responder. “Esa es la pregunta del millón; elegir es un drama, salvaría no un libro sino toda mi sección de biografías que me ha educado, divertido, y con las que he disfrutado muchísimo”.
“No soy una erudita ni una coleccionista de primeras ediciones”
“En mi biblioteca no hay ningún libro con un alto valor económico porque no soy una erudita, ni una coleccionista de primeras ediciones o de incunables, mi biblioteca es modesta, de lo más humilde”, añade María Antonia García de León quien explica que, para ella, todos sus libros son una joya.
Y sobre sus autores de cabecera no duda en pronunciar los nombres de Federico Nietzsche, de la novelista francesa Marguerite Yourcenar que, asegura, es para ella “una hermana, una letra herida”, y también recuerda, siendo muy pequeña, el impacto que le produjo Josephine «Jo» March, la protagonista de la novela Mujercitas, publicada en 1868 por la escritora norteamericana Louisa May Alcott, y como siempre se ha identificado con ella, que era escritora como ella, tal y como le ha sucedido también a otros grandes escritores como Elvira Lindo o Jesús Ferrero.
Los clásicos tienen un hueco importante
Los clásicos como Balzac, Stendhal, también tienen un hueco importante entre sus preferidos. Y de Ciencias Sociales atesora muchos del que considera su maestro, Pierre Bourdieu, uno de los grandes sociólogos del siglo XX, y con quien María Antonia tuvo el honor de estudiar en París.
La lectura es otra de sus grandes pasiones. Confiesa que la novela no está actualmente entre sus géneros preferidos, con alguna excepción, como la última de Rosa Montero, “La buena suerte”. “Leo poesía como una descosida, me ha atrapado el veneno, el maravilloso veneno de la lírica, y leo mucha prensa, tengo una columna en el Diario Lanza, soy una periodista “in pectore”, llegué incluso a hacer el ingreso en Periodismo”, comenta.
El gusto por las grandes bibliotecas
“En Egipto, a las bibliotecas se las llamaba el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás”. Con esta frase de Jacques Benigne Bossuet, María Antonia García de León muestra su gusto por las bibliotecas, ese lugar maravilloso, mágico, único, acogedor.

“Durante el ejercicio de mi profesión he visitado muchas bibliotecas públicas, he ido a muchas, sobre todo en el extranjero; adoro los campos de Berkeley, la universidad de California, también las de la Costa Este y, en Europa, Londres o París, donde me ha encantado trabajar”, añade.
Parafraseando a Jorge Luis Borges, quien dijo que siempre imaginó que el paraíso sería algún tipo de biblioteca, María Antonia García de León se siente feliz en la suya, una biblioteca de una mujer moderna, contemporánea, socióloga, feminista, pintora, cineasta y apasionada de la poesía. En suma, su biblioteca es la biografía de su intensa y prolífica vida que sigue construyendo cada día.
