Carlos Marín no ha desvelado si optará a la reelección como presidente de la Federación de Empresarios de Ciudad Real (Fecir), aunque ha reconocido, en declaraciones a Lanza, que “me hace ilusión”.
El también presidente de la Asociación Provincial de Transportes de Mercancías, ha asegurado que ante el próximo proceso electoral que se abrirá a finales de año, tal y como marcan los estatutos, hablará primero con los representantes de las sectoriales y territoriales que conforman la organización empresarial, además de valorar la decisión con los miembros de su ejecutiva y con su propia familia.
“Soy empresario y me debo a mi empresa, en la que también estoy conformando un equipo, y es muy complicado no estar y no dejar tiempo para tu casa”, ha comentado.
“Lo menos importante es quién va dirigir Fecir, sino que la organización siga adelante porque el equipo está formado y el proyecto hecho”, ha sostenido, a la vez que ha agradecido a los directivos que le acompañan al frente de la patronal ciudarrealeña “el trabajo y el esfuerzo” que han dedicado en los últimos cuatro años para “engranar” la organización.
“Somos un grupo homogéneo de amigos, que estamos trabajando para que las cosas funcionen”, ha agregado.
Marín fue elegido por aclamación en diciembre de 2014 como presidente de la entonces flamante Fecir, tras la quiebra y caída un año antes de la Confederación de Empresarios de Ciudad Real (CEOE-Cepyme), al no poder hacer frente a una deuda de siete millones de euros, alcanzada por el coste de la nueva sede que construyó en Miguelturra.
Por ello, en su primer mandato, Marín impulsó un proyecto “integrador”, según ha recordado, con el fin de volver a cohesionar al empresariado ciudarrealeño, recuperar el papel de la patronal en la negociación colectiva provincial, además de ofrecer actividades y atender las demandas de los socios.
En la actualidad cuenta con casi 11.000 asociados y más de una veintena de asociaciones sectoriales y secciones empresariales, además de territoriales como las Puertollano y Tomelloso, a la espera del ingreso de las de Alcázar de San Juan y Daimiel, y “con la esperanza de recuperar” la de Valdepeñas.