Más de 50.000 exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en Castilla-La Mancha han seguido, como cada año, un riguroso proceso de custodia y corrección que se activa nada más finalizar las pruebas en las 33 sedes repartidas por la región. Tras ese momento, todos los exámenes son trasladado al campus de Ciudad Real, donde se realiza la corrección centralizada, un modelo casi exclusivo a nivel nacional.
Jesús Manuel Molero, coordinador técnico de la PAU en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), explica que “el sistema de seguridad funciona como varios anillos concéntricos” que blindan el proceso desde el primer momento. La reproducción de los exámenes corre a cargo del Tribunal Único, un equipo formado por profesores responsables de fotocopiar, custodiar y controlar todo el desarrollo y la posterior corrección de las pruebas.
Una vez finalizados los exámenes de toda la región (a excepción de Guadalajara, gestionada por la UAH), estos son enviados a Ciudad Real, donde se almacenan y distribuyen para su corrección. “Estamos hablando de más de 50.000 exámenes, que llegan de 33 sedes”, indica Molero. Las correcciones se realizan en dos edificios: el Politécnico y la Facultad de Letras.
655 profesores
La corrección, iniciada este martes 10 de junio, involucra a 655 profesores convocados mediante un procedimiento transparente. En diciembre se abre una convocatoria voluntaria dirigida a docentes de Bachillerato y profesores universitarios, y en febrero se celebra un sorteo en la Secretaría General de la UCLM para seleccionar a los correctores a partir de un apellido extraído al azar.

Cada profesor corrige una media de hasta 80 exámenes, aunque esta cifra puede reducirse en materias con menos estudiantes. Los correctores no conocen el contenido del examen hasta su publicación oficial, una vez celebradas las pruebas. Posteriormente, el primer día de la corrección se facilita a los profesores los criterios de corrección, elaborados por dos asesores por asignatura (uno de instituto y otro de universidad), que se consensúan en una reunión inicial y se publican en la web para garantizar la máxima transparencia.
“Creemos que el modelo de corrección presencial es el mejor. Nos permite corregir en tiempo y forma, detectar desviaciones a tiempo y ajustar los criterios si es necesario”, subraya Molero. La corrección centralizada facilita, además, el asesoramiento directo y constante de los especialistas de cada materia, que supervisan el proceso junto con el presidente del tribunal de cada aula.
Los exámenes se entregan en sobres cerrados a cada profesor, completamente anonimizados mediante un código de barras. Tras la corrección, la calificación también se codifica y es introducida en el sistema informático por personal administrativo y del servicio de informática. “Gracias a esta organización, el miércoles 11 de junio por la tarde los estudiantes ya pueden conocer sus calificaciones”, afirma el coordinador técnico de la PAU en la Universidad de Castilla-La Mancha.
Segunda corrección
Los estudiantes que no estén conformes con alguna nota pueden solicitar desde este 12 de junio una segunda corrección a través de la web de la UCLM. En este caso, un nuevo tribunal, con nuevos correctores, revisará las pruebas de forma independiente. La nota final será la media entre la primera y la segunda corrección, por lo que no siempre implica una mejora.

Este año, marcado por el nuevo modelo de PAU, los criterios de corrección no han cambiado sustancialmente respecto a cursos anteriores, salvo en la introducción de la denominada “pregunta de diseño competencial”, que ha requerido una coordinación más minuciosa para asegurar una evaluación justa.
La UCLM mantiene su apuesta por un sistema presencial, centralizado, seguro y transparente, recalca Molero, quien insiste en que el modelo actual “funciona, es eficaz y garantiza los derechos del alumnado”.
