Belén Rodríguez/
Ciudad Real
La delegación de Medio Ambiente de la fiscalía de Ciudad Real está empezando a recoger los frutos de un trabajo cada vez más exhaustivo contra los delitos ambientales, desde que se creó la especialidad en 2007, que se ha traducido en un descenso del número de asuntos, en especial los relacionados con la ordenación del territorio (viviendas ilegales) e incluso los que se cometen contra la flora y la fauna. En el primer caso la explicación parece obvia: el parón inmobiliario; en el segundo la nueva fiscal delegada de Medio Ambiente, Arantxa Vinuesa, lo ve como prueba de que “los mecanismos de actuación y las sentencias condenatorias cumplen un efecto, no sólo de represión penal sino también de prevención”. “Cada vez se profundiza más en los tipos delictivos y todos los perseguimos con la misma intensidad”, añade.
Menos no significa que falten: “El medio ambiente es una materia muy amplia que da bastante trabajo”, dice la fiscal en esta entrevista con Lanza, la primera desde asumió el pasado diciembre la dirección de la especialidad tras la marcha de Isabel Gómez (ahora fiscal jefe en Cuenca).
2015 se ha saldado con un centenar de procedimientos (99) abiertos por presunto delito medioambiental, en su mayoría contra la flora y la fauna (17). “Esta provincia tiene mucha actividad cinegética y los delitos relacionados con esto, como el furtivismo son una constante”.
La fiscal incide también en los complejos y graves casos de delitos contra el patrimonio histórico de yacimientos arqueológicos diseminados por la provincia, en la que actúan grupos organizados con detectores de metales (en otras comunidades esas herramientas están prohibidas). “Tenemos en curso nueve casos, el más antiguo de 2011 y los últimos de 2014”.
En materia de vertidos contaminantes hay diez asuntos, mientras que las denuncias por delitos contra la ordenación del territorio “han bajado mucho cuando hasta 2012 venían siendo una constante”. Tal es que así que en curso hay cinco en estos momentos.
El maltrato animal también está llegando, “estamos notando un repunte, posiblemente porque hay más conciencia y se denuncia más, dice. En cuanto a diligencias abiertas por incendios forestales refiere que llegan muchas, “pero la mayoría se sobreseen porque la autoría es desconocida. Solemos formular acusación en casos de imprudencia grave”.
En relación con el agua, la fiscalía de Medio Ambiente todavía tiene algunos procedimientos en marcha por extracciones abusivas. “Las conductas que han afectado al caudal y a la ausencia de este recurso se han abordado de forma más intensa”. Enjuiciar este tipo de delitos también es complejo, “estamos pendiente de informes periciales que nos puedan acreditar la incidencia ambiental de esas conductas”, subraya.
Se acabaron los juicios con jurado por incendio
Entre las novedades en materia medioambiental, la fiscal delegada Arantxa Vinuesa destaca que ya no habrá más juicios con jurado popular por delitos de incendio. “La reforma del Código Penal que entró en vigor en julio ha devuelto esa potestad a los tribunales profesionales, en mi opinión con acierto, de esta manera se agilizan los juicios. Estos procesos son muy complejos y costosos”.
En Ciudad Real no hay ningún caso pendiente por incendio forestal grave, “tenemos algunos, pero por imprudencia”.
Vinuesa lleva en la fiscalía de Ciudad Real desde 2007. Ya entonces se incorporó como adjunta a la fiscalía en la que ahora mismo además de ella hay dos fiscales más. Esta especialización es sólo una parte de un trabajo que complementa, como el resto de fiscales, con el seguimiento de varios juzgados.