Plaza de toros de Miguelturra (Ciudad Real). Novillada mixta. Media entrada.
Se lidiaron cinco novillos utreros de Apolinar Soriano, uno de ellos (primero) para rejones. Primero manejable. Segundo con mucha clase, ovacionado en el arrastre. Manejable el tercero. Reservón el cuarto. Rajado el quinto.
El rejoneador Alexis Navarro: oreja.
Carlos Aranda: dos orejas y ovación con saludos.
Manolo Vázquez: ovación y silencio.
Carlos Aranda salió a hombros.
Buena entrada registró el recinto multiusos de Miguelturra para presenciar un festejo mixto en el que hubo de todo, como en botica; novillos buenos, malos, regulares, toreo a caballo, a pie, bueno y regular.
Abrió plaza el rejoneador Alexis Navarro. Se enfrentó a un novillo colorado de capa y manejable de comportamiento, con el que anduvo desigual clavando banderillas, aunque el acierto a la primera con el rejón de muerte le granjeó un trofeo.
El segundo tuvo clase y ritmo a raudales, sobre todo por el pitón izquierdo, lado por el que Carlos Aranda lo condujo con templanza, gusto y despaciosidad. A pesar de matarlo al primer intento falló con el descabello -en uno de los ataques con el verduguillo el novillo cabeceó y le produjo una luxación momentánea de hombro a Carlos-, lo cual no fue óbice para que paseara dos orejas.
Pero no hay cara sin cruz, y el segundo de su lote ofreció arrancadas ásperas e impetuosas, llegando a derribar al picador tras partir la puya. El de Apolinar Soriano se entregó más por el derecho aunque la mecha no dio para demasiado. Alternaba arrancadas con emoción y disparo con otras fases de pensárselo mucho. No es que no tuviera fuerza, es que no quería utilizarla para romper hacia adelante. Ante este panorama el novillero de Daimiel, que no anduvo cómodo, decidió ir a por la espada, con la que falló. Cabe señalar que este novillo fue brindado tanto al matador de toros Aníbal Ruiz como al banderillero Valentín Cuevas.
Manolo Vázquez es un torero especial. La carga genética se aprecia, y aunque le queda mucho trecho por delante, como no puede ser de otra forma, tiene cosas innatas, como por ejemplo la naturalidad. Está en la cara del novillo como quien da un paseo con su novia; o con su novio. En el tercero, brindado al hijo de su apoderado Aníbal Ruiz, de igual nombre, hubo fases de toreo ceñido con la sana costumbre de intentar vaciar la embestida hacia dentro, aunque no siempre consiguiéndolo; no todos los días pueden ser fiesta; de hecho todos los días no deben ser fiesta. En última instancia se atascó bastante con la espada, lamentablemente, perdiendo trofeos.
El quinto, último del festejo, aguantó los dos primeros tercios en lucha leal, pero se rajó sin remisión a la hora de afrontar la faena de muleta, imposibilitando el triunfo del nuevo Vázquez.