La alcaldesa de Miguelturra, Victoria Sobrino, acompañada por la concejala de Hacienda del Consistorio, Luz María Sánchez, informaba en la mañana del lunes sobre los datos relativos a las conclusiones del cumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria, de la regla de gasto y del nivel de deuda del Ayuntamiento. Sobrino indicaba que, tras el cierre del ejercicio del 2017, el informe de intervención arroja tres conclusiones destacadas. En cuanto al objetivo de estabilidad presupuestaria, la alcaldesa señalaba que “en este año 2017 hemos tenido un superávit de 749.043 euros, que podremos utilizar una vez sepamos la previsión de gasto del 2018. El sábado salió el decreto para poder aplicar el superávit del 2017 y estamos esperando esa previsión de gasto para que se nos diga desde intervención cual es la cuantía que vamos a poder destinar a inversiones financieramente sostenibles”.
En segundo lugar, en lo que se refiere al objetivo de endeudamiento, Sobrino indicaba que el Ayuntamiento de Miguelturra “es el segundo municipio con menor deuda de toda la provincia”. “Tenemos una deuda a 31 de diciembre de 2017, de 907.164 euros. La regidora explicaba que este nivel de endeudamiento permite afrontar con mayor positividad los ejercicios siguientes y señalaba, como dato significativo, que esa deuda se va eliminando ya que “en enero de 2018 reduciremos 8.432 euros, en febrero 21.665 y en marzo 40.112 euros”.
Con respecto al tercer objetivo, la regla de gasto asignada para el 2017, también se ha cumplido ya que, aseguraba, “nuestra regla de gasto estaba establecida en 9,468.379 euros y el gasto que realmente hemos ejecutado ha sido de 9.160.786 euros”. Sobrino concluía con el deseo de que desaparezca el techo de gasto, “nos gustaría no tener techo de gasto y poder invertir todo el presupuesto municipal en servicios e inversiones para nuestros vecinos y vecinas; las demandas van creciendo y tenemos que ir respondiendo a las necesidades de la ciudadanía. Esperemos que poco a poco, igual que se ha flexibilizado el superávit, también desaparezca el techo de gasto para que los ayuntamientos que estamos haciendo bien la tarea podamos prestar con todo nuestro presupuesto servicios a nuestra ciudadanía”.
Por su parte, Luz María Sánchez explicaba que el principal inconveniente con respecto al superávit es que “no lo podemos gastar en inversiones que no sean financieramente sostenibles (normalmente reformas, obras, edificios o instalaciones municipales) por lo que no lo podemos destinar a otras opciones como a gasto social”. Por eso, incidía en la necesidad de eliminar el techo de gasto o que el superávit sea más amplio para que cada ayuntamiento lo pueda destinar a las opciones que quiera. Un requerimiento, aseguraba, “que hacemos desde todos los grupos políticos, incluido el PP, al Gobierno de la Nación”.
