El Teatro-cine Paz acogió el pasado sábado un espectáculo sin parangón en Miguelturra, de la mano de la asociación cultural con más solera y dilatada trayectoria en la localidad. No en vano sirvió para conmemorar los 35 años de éxitos del grupo de coros y danzas.
Hablar de Nazarín es hablar de calidad. Es hablar de un grupo de referencia en la región y conocido en el mundo del folklore por todo el país. Pero, esta vez, se han superado. Un trabajo profesional es el que realizan las personas que cobran por ello y a quienes se les supone una calidad en el resultado final.
Las mujeres y hombres de la asociación de coros y danzas Nazarín, y los niños y niñas que intervinieron, además de los colaboradores de Flauti Flauti, no cobraron por su labor, pero no deben envidiar a las mejores compañías, puesto que lograron ofrecer, a las más de 350 personas que se dieron cita en el Teatro-cine Paz, un espectáculo digno de los mejores teatros del país, en la seguridad de que conseguirían el reconocimiento de los amantes de las artes escénicas.
Y es que Nazarín, bajo la excelente dirección de Antonio Luengo Ruiz, llevó al escenario un completo repertorio de danzas, cantes y tradiciones locales que, a pesar de durar cerca de dos horas, se hizo corto a la mayoría de los asistentes, quienes despidieron a todo el colectivo con una gran ovación, puestos en pie como reconocimiento a la calidad de las interpretaciones.
Un viaje por lugares y tradiciones
El espectáculo, desarrollado sin cortes y con una agilidad admirable, se dividdió en varios apartados que recorrieron lugares y tradiciones. Comenzó con ‘Recuerdos’ de juegos y canciones infantiles y nanas, estas últimas interpretadas por las dos cantantes del grupo, Estrella y María Luisa, que consiguieron emocionar al público.
‘La plaza’ fue la siguiente escena, donde destacó por su singularidad la “danza de esspadas” y la “danza de cintas”. Más conocida, por formar parte del repertorio habitual de Nazarín, fue la escena dedicada a ‘La matanza’, en la que los bailes fueron los principales protagonistas.
‘Oración y pecado’ fue una escena sobrecogedora en algunos temas, y divertida en otros. Entre los primeros, la canción de Semana Santa consiguió un efecto conmovedor; en la parte alegre, el Manteo del Judas y, sobretodo, la Rezadora consiguieron el divertimento general. Destacaron las cualidades interpretativas de Estrella Domínguez, genio y figura.
Las Coplas del Ciego resultaron muy llamativas en la escena dedicada a ‘Romances y coplas’. Puso el punto final, y broche de oro, al festival la escena dedicada a la ‘Celebración y boda’, en la que Nazarín recreó en el escenario un verdadero ambiente de boda tradicional, en la que destacaron los bailes más bellos del amplio repertorio del grupo.
Destacar finalmente la aportación de los medios técnicos, con un sonido impecable, y el grupo de colaboradoras y colaboradores que prestaron cobertura a estos verdaderos artistas.
Un buen momento para los homenajes
Como es de ley, en la celebración de un aniversario tan importante no podían faltar los homenajes. Nazarín quiso acordarse de diferentes personas que han sido referentes en los años de historia del grupo.
En primer lugar, a título póstumo, se recordó a José Díaz-Pinto, entusiasta integrante de la rondalla, que hizo del grupo su segunda familia. Su viuda y su hijo recibieron el recuerdo de este acto.
El popular maestro José Rodrigo Gómez ‘Josillo’ recibió otro emotivo homenaje por toda una vida dedicada a la música tradicional, gran parte de su trayectoria como integrante del grupo en el que desempeñó múltiples responsabilidades. José quiso agradecer al grupo este reconocimiento y lo hizo a su modo y manera: con unas coplillas de su propia cosecha, cargadas de sentimiento.
Los Armaos de la Hermandad del Santo Sepulcro, en manos de su Jefa, Paula Corral, recibió otro reconocimiento por mantener una tradición tan popular en Miguelturra, incluso potenciándola, que forma parte del patrimonio de la Semana Santa churriega.
Por último, el director y principal responsable del espectáculo, Antonio Luengo, mereció una mención especial por su altruista labor en el diseño y coordinación del festival aniversario ‘El cantar de Dulcinea’.
